lunes, 12 de marzo de 2018

Por qué el aburrimiento es bueno para tu hijo

¡Mamá, me aburro!

Esta expresión te hace sentir en un aprieto, ¿verdad? La mayoría de nosotros nos sentimos responsables cuando escuchamos estas palabras de nuestros hijos y queremos solucionar su "problema" inmediatamente. Respondemos a su aburrimiento ofreciéndoles entretenimientos tecnológicos o actividades estructuradas. Pero esto, en realidad, es contraproducente. Los niños necesitan tropezarse y comprometerse con la cruda materia de la que la vida está hecha: el tiempo no estructurado.

¿Por qué el tiempo no estructurado es tan importante para los niños?
El tiempo no estructurado da a los niños la oportunidad de explorar su mundo interno y externo, lo cual es el comienzo de la creatividad. Esta es la manera en la que aprenden a comprometerse con ellos mismos y con el entorno, a imaginar, inventar y crear.

El tiempo no estructurado también desafía a los niños a explorar sus propias pasiones. Si les mantenemos ocupados con clases y actividades estructuradas, o si "llenan" su tiempo con entretenimientos de pantalla, nunca aprenderán a responder a las señales de su propio corazón, que podría llevarles a estudiar las imperfecciones de la acera, a construir un fuerte en el jardín de atrás, a modelar un monstruo de arcilla, a escribir un cuento o una canción o a organizar a los niños del barrio para rodar una película. Estas llamadas de nuestro corazón son las que nos dirigen a las pasiones que darán sentido a nuestras vidas, y están a nuestra disposición desde el comienzo de nuestra infancia, cuando tenemos rienda suelta para explorar y perseguir aquello donde nuestro interés nos lleve.
Como Nancy H.Blakey dijo, "prevé el tiempo gastado en televisión y actividades organizadas y déjales en cambio gastarlo en apelar a su imaginación. Si una cosa no puede ser imaginada primero (una tarta, una relación, una cura para el SIDA…), no podrá existir. La vida está unida a lo que podemos imaginar. No puedo sembrar la imaginación en mis hijos. Puedo, sin embargo, proveerles de un entorno donde su creatividad no signifique otro desastre que limpiar sino la evidencia de una exitosa lucha contra el aburrimiento

¿Por qué el "me aburro" se convierte en un freno constante para tantos niños?
La mayoría de los niños, si se les da tiempo no estructurado y tras alguna pequeña queja, aprovechan la oportunidad y encuentran algo interesante que hacer con él. Los niños siempre son felices al máximo con juegos autodirigidos. Esto es así porque jugar es su "trabajo". Es como resuelven emociones y experiencias que han tenido. Observa cómo juega cualquier grupo de niños (en el exterior, donde no hay posibilidad de pantallas). Se organizarán entre ellos para una actividad de cualquier tipo, la construcción de un dique en el arroyo, cualquier juego de emulación o viendo quien salta más lejos.

Cuando los niños no son capaces de encontrar algo que hacer, usualmente es porque:
Están tan acostumbrados a los entretenimientos de pantalla que no tienen práctica en mirar dentro de ellos mismos en busca de directrices.
Su tiempo es siempre tan estructurado que no están acostumbrados a encontrar cosas divertidas que hacer con su "tiempo libre".
Necesitan atención de los padres. Todos los niños necesitan encontrarse con sus padres a lo largo del día para "recargarse".

Desafortunadamente, nuestra sociedad está creando toda una generación de niños adictos a las pantallas. Esto es debido a que la electrónica (Ipads, teléfonos, ordenadores, game boys…) está diseñada para producir pequeños premios, en forma de dopamina en nuestros cerebros, mientras interactuamos con ellos. Esta es una sensación tan agradable que, en comparación, otras empalidecen.
Pero los niños necesitan todo tipo de experiencias: desde construir con bloques (habilidades motoras, habilidades perceptivas), relacionarse con otros niños (aprendiendo como llevarse y compartir con otros) hasta actividades creativas (convirtiéndose en un "hacedor", no en un observador pasivo). Los niños también necesitan estar físicamente activos o no pueden concentrarse para aprender. Es por esto por lo que es necesario limitar el tiempo ante la pantalla.

Cuando los niños dicen que están aburridos, ¿cómo deberíamos nosotros (los padres) responder?

Primero, deja lo que estés haciendo y céntrate de verdad en tu hijo durante cinco minutos. Si utilizas este tiempo para conectar, charlar y hacer mimos, tu hijo probablemente conseguirá la "recarga" que necesita y se irá por su camino con bastante rapidez.

Si no se suelta de tu lado, y necesitas volver al trabajo después de unos minutos de auténtica conexión, ten en consideración que quizá necesita un poco más de tiempo contigo. La mayoría de ocasiones en que los niños se muestran "quejicas" e incapaces de concentrarse se debe a que necesitan más tiempo de conexión profunda con nosotros. Ofrécele involucrarse en lo que estás haciendo o tómate un descanso de tu trabajo y hagan algo juntos.

¿Qué ocurre cuando los niños de verdad necesitan ayuda para conseguir encontrar una actividad que rompa con su aburrimiento? ¿Cómo ayudar mientras les sigues haciendo responsables de seguir ocupados/comprometidos con su tiempo libre?
La mayor parte del tiempo, dejando a los niños con sus propios recursos acaban encontrando algo interesante, pero a veces realmente necesitan nuestra ayuda, especialmente si de pronto tienen más tiempo entre sus manos que de costumbre o si estás limitando la televisión y la electrónica por primera vez. (Una vez que los niños se acostumbran a estas limitaciones se convierten en expertos en entretenerse a ellos mismos y se vuelven más creativos a la hora de jugar.)

Incluso si tienes que ayudar a tu hijo a pensar en alguna cosa que hacer, pásale la responsabilidad creando el Tarro del Aburrimiento, lleno de ideas escritas en trozos de papel. Cuando diga que se aburre, tendrá que coger tres papelitos del tarro y elegir una de las actividades. Aquí tienes algunos ejemplos de ideas que podrían estar en su Tarro contra el Aburrimiento:

  • Escribir una carta a la abuela
  • Correr dando vueltas al jardín tres veces
  • Poner algo de música y bailar
  • Escribir en un papel diez cosas que te gustan de cada miembro de tu familia
  • Cepillar al perro o darle un baño
  • Buscar formas en las nubes
  • Ver cuántas veces puedes acertar en la canasta de baloncesto
  • Hacer un dibujo
  • Lavar el coche
  • Planear una caza del tesoro con pistas
  • Montar en bici
  • Hacer un paisaje en una caja de cartón
  • Empezar un diario
  • Hacer papel de regalo casero
  • Organizar tu habitación
  • Escribir un cuento
  • Crear una obra de teatro con disfraces
  • Recortar fotos de revistas y hacer un collage
  • Sorprender a mamá haciendo la comida
  • Hacer un zoo con los peluches
  • Hacer y decorar un calendario, marcando las fechas importantes
  • Poner zumos y frutas cortaditas en moldes de hacer hielo y hacer cubitos de frutas
  • Crear un periódico familiar
  • Hacer un postre
  • Comenzar una colección (hojas, piedras, botones…)
  • Colgar una cuerda de tender la ropa en tu habitación y enganchar fotos de ella con clips para hacer un álbum
  • Inventar una actuación de circo
  • Hacer que tu habitación sea una selva
  • Hacer un recorrido de obstáculos
  • Hacer un mantel de juegos (solo hay que plastificarlo en alguna copistería de la zona)
  • Escribir un poema
  • Decorar alguna camiseta vieja con botones chulos
  • Empezar un club (de niños)
  • Usar tubos viejos de cartón y cajas para hacer un laberinto fantástico
  • Hacer arte aprovechando bisuterías o joyas antiguas
  • Leer un libro
  • Hacer una pelea de globos de agua (¡en el exterior!)
  • Memorizar un poema y recitárselo a tus padres
  • Hacer un barquito con una botella de plástico y palitos de helados (usar cinta adhesiva para pegar) y hacerlos flotar en el estanque
  • Dibujar una isla desierta y todas las cosas que te llevarías
  • Tapar los ojos a tu hermano o hermana y llevarle a dar una vuelta por la casa y el jardín, y luego intercambiaros
  • Jugar a algún juego de mesa
  • Crear tu propio juego de mesa
  • Intentar pintar un dibujo con tu pié
  • Pintar en la acera con tiza
  • Jugar al truquemé
  • Jugar a saltar a la cuerda
  • Jugar con pompas en el lavabo
  • Quitar las malezas del jardín
  • Limpiar el espejo con una esponja
  • Hacer un libro de chistes
  • Construir un fuerte con sábanas y almohadas
  • Hacer muñecos con calcetines viejos y botones
  • Hacer una lista de cosas divertidas que harías con un adulto

No hay comentarios:

Publicar un comentario