viernes, 16 de marzo de 2018

No ayudo con los niños; comparto responsabilidades

Cuando comparto responsabilidades, busco el bienestar de mi familia; esta es una actividad que ha dominado la escena familiar en épocas más recientes. Con el paso de los años, la dinámica familiar ha variado considerablemente, pues se ha demostrado que cuando el padre se involucra más en las responsabilidades del hogar, la familia se desarrolla en un ambiente más relajado.

Hace mucho tiempo, en las familias se tenía la creencia de que las madres debían quedarse encargadas del hogar mientras los padres salían a trabajar; dejando la responsabilidad de la crianza netamente a estas. Hoy en día, esto es cada vez menos común entre las parejas, razón que ha permitido observar otros tipos de personas.
Ventajas de compartir las responsabilidades

En el común de las familias es típico encontrar que el padre limita las actividades con sus hijos. Por ejemplo, solo les dedica tiempo los fines de semana o durante unos pocos minutos cada tarde. La razón principal es que no han aprendido a combinar las tareas personales y el trabajo.

Pero cuando se logran involucrar de lleno, dándose la oportunidad de dedicar mucho más tiempo a su hogar, se pueden percibir unas ventajas que se verán a medida que pasa el tiempo.
Niños equilibrados. Los niños tendrán gran equilibrio cuando crecen en un hogar donde ambos padres han aprendido a dividir las tareas, como bañarlos, limpiar la casa, hacer el mercado y hasta cocinar. Se ha evidenciado una mejora en el desarrollo psicosocial, en la escuela, autoestima y vida social de estos.

Madres felices. Un padre que se interesa en compartir las labores diarias, permite que a la madre le quede mucho más tiempo libre para la recreación y para su cuidado personal. Por ende, disminuye considerablemente la presión, logrando incluso presentar mejoras en el desempeño sexual.
Beneficio para todos. Tal vez a los padres se les dificulta comprender cómo les puede beneficiar el hecho de dividirse las actividades con su pareja. Particularmente, por esto, solo indicaría que son más responsabilidades para ellos. No obstante, sería interesante si se enfocan en que involucrarse trae los siguientes beneficios:

La salud mejora

Se promueve la participación comunitaria

Su ánimo mejora considerablemente

Existe un amplio estado de bienestar familiar

¿Cómo comprometerse con las labores del hogar?
Aunque no sea muy común escuchar decir a un buen padre “yo comparto responsabilidades”, se sabe que cada vez son más los padres que comparten responsabilidades.

En tal sentido, como lo vimos anteriormente, no se trata solo de dedicar un poco de tiempo a los niños y a la esposa diariamente, se busca principalmente que los padres tengan una presencia de calidad en el hogar mediante las siguientes acciones:

Ayudar a los niños con las tareas. Independientemente de lo cansados que pueden llegar a estar a causa de la jornada laboral, se recomienda invertir unas horas de la tarde para ayudar a los niños con las tareas. La ayuda puede ser académica, personal o de convivencia. Por ejemplo no estaría de más un consejo o algún truco para mejorar alguna actividad.

Compartir las labores del hogar. Cocinar, lavar los platos o la ropa, u ordenar la casa; no son solo actividades reservadas para las mujeres, también sus parejas pueden asumir esas responsabilidades. De esta manera se trata de balancear los pesos de las actividades para contribuir al bienestar familiar.
Dividirse las necesidades de los niños. Los padres también pueden involucrarse en las necesidades especiales de sus hijos, como por ejemplo, bañarles, alimentarles y hasta llevarles al médico. Son actividades difíciles para algunos, pero con un poco de esfuerzo y constancia se lograrán realizar sin problema.

Es importante resaltar que lo primordial para una familia es su bienestar, y ello radica en que tanto mamá como papá, que son los que juegan el rol de jefes del núcleo se sientan bien consigo mismos. De lo contrario, no podrán contribuir de forma efectiva en el crecimiento de sus hijos ni la paz del hogar.
Hay que tener en cuenta que cuando crecen en un ambiente protegido por personas que se preocupan tanto por él como por otros, los niños tratarán de copiar ese patrón de conducta y crecerán siendo adultos responsables.

Por ejemplo, si un niño ve que su padre no tiene problemas el hecho de dividirse las actividades con su pareja, de adulto podrá repetir esa conducta sin inconvenientes, pues los padres son el perfecto ejemplo a seguir de sus hijos.

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