Como ya se ha dicho, el método más efectivo para enseñar es el ejemplo, esto implica que debemos ser buenos oyentes para poder transferir esta enseñanza a nuestros hijos. Nunca es tarde para aprender, pero en cuestiones de valores, estos se hayan más arraigados cuando se fomentan desde los primeros años de vida.
En tal sentido, es aconsejable que mostremos interés en que los niños aprendan este sano comportamiento. Escuchar a los demás es una herramienta de utilidad para socializar, aprender en la escuela, seguir la disciplina y superar muchos obstáculos.
La demostración de respeto y de interés en el prójimo, pasa por considerar a este como igual, cuyas opiniones tienen valor y merecen el mismo reconocimiento que las de cualquiera en el mundo. Para promover este valor, es apreciable que los padres inculquen a sus hijos la disposición para reconocer a todas las personas, sin reparar en factores externos como el nivel social, la educación o la edad; entre otros.
¿Cómo ayudar a los niños a escuchar?
Es normal que a los niños les cueste escuchar con atención, pero para canalizar un adecuado comportamiento, debemos ser constantes y pacientes. Al respecto, es aconsejable estar atentos a su evolución y no dejar para otro momento la corrección si fuera necesaria.
Hay muchos adultos que no han aprendido a escuchar a los demás, esto hace posible que se forme una cadena indetenible, pues así mismo educan a sus hijos y estos a su vez a los suyos. En tal sentido, si un niño no aprende a escuchar a sus padres, difícilmente aprenderá a escuchar a otros.
Para evitar que nuestros hijos sean de estos adultos con esta carencia, podemos comenzar por seguir estos consejos.
Ten en cuenta que los niños son impacientes, no es que no quieren escuchar; por eso es recomendable buscar la manera de llamar su atención y hacerlos interesarse. Decirles que necesitan seguir cierta instrucción para conseguir lo que quieren o necesitan o que siempre les estamos hablando de algo que es de su interés.
Considera que las correcciones que realices en casa sobre este tema, deben ser llevadas a la calle también. Es decir, si el niño es respetuoso con sus padres y hermanos, también debe serlo con toda la familia y demás personas.
Procura usar palabras sencillas, frases cortas, directas y con sentido, porque será difícil que presten atención si no entienden. Los niños van desarrollando su vocabulario paulatinamente, por eso gran parte de lo que los adultos decimos, ellos no lo comprenden, esto hace que pierdan interés en escuchar.
Es recomendable la interacción con gestos y palabras, con el fin de garantizar que si no comprenden el significado de algo, tal vez si lo señalas o le haces alguna mueca, tengan una idea más clara.
Es conveniente prestar mucha atención cuando él te hable, mirarlo a los ojos y hacerle saber que le escuchas. De la misma manera, pídele que te mire cuando tú le hablas y haz que sea constante.
Para asegurarnos de que nos escuche, es importante eliminar las posibles distracciones. Si ve televisión o está distraído en algún juguete, busca que se concentre en ti, pregúntale si te entendió o haz que repita lo que le dijiste.
Evita que los niños interrumpan las conversaciones, pues todas son importantes. Explícale a tu hijo, que debe esperar a que termine de hablar el otro, porque es parte de la comunicación efectiva; respetar su turno para hablar y ser pacientes.
Por medio del juego, también se puede incentivar este buen hábito, pues existen muchas maneras de hacerlos concentrarse en escuchar, cuando se trata de recibir alguna recompensa o ganar una competencia. Pero lo principal es que el niño esté consciente de la importancia de la comunicación y lo imprescindible que es esta para el saber escuchar.
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