¿Qué padre no tiene dudas -aunque lo niegue- sobre cuándo hablar de sexo con sus hijos? ¿Cuál es el mejor momento? ¿A qué edad debemos hacerlo? ¿Cómo es mejor abordarlo?
Se nos encoje el estómago y ponemos cara de situación, cuando nuestros hijos nos hacen preguntas difíciles de contestar. Y por dentro, sopesamos rápidamente si le contestamos con la cruda realidad o lo hacemos más de cuento de hadas… bueno, yo creo que ni lo uno, ni lo otro.
Si nuestros hijos nos preguntan, ya es un gran mérito. No lo desaprovechemos.
Sepamos ajustar la respuesta a la pregunta. Me explico mejor. Entendamos exactamente lo que quieren saber para no pasarnos en detalles que pueden no ser lo que están buscando y adaptemos la respuesta a su edad. Si es una pregunta de cómo funciona una parte de nuestro cuerpo, contestémoslo como tal. Si nos preguntan sobre el sistema digestivo, lo haríamos no? Pues esto puede ser sobre el sistema reproductivo…
Sobre todo cuando son pequeños, tienen más intriga del tipo biológico “Cómo se hace esto o como funciona lo otro” sin la perspectiva sexualizada que pueden tener niños más mayores y nosotros mismos.
Hoy en día, nos sorprendemos de la cantidad de contenidos sexualmente inapropiado a la que tienen acceso nuestros hijos. Los datos estadísticos en países como Estados Unidos, Australia o Inglaterra, dicen que entre el 40% al 90% de los niños han tenido acceso a contenido no apropiado o pornográfico antes de los 16 años de edad.
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