Cuando tu hijo era todavía un bebé, todas las noches, antes de acostarle, seguías una rutina (cena, baño, rato de mimos...) que le daba seguridad y le ayudaba a dormir mejor. A medida que el niño crecía, esa rutina ha ido variando y ahora incluye otras actividades que tienen un efecto similar.
Y la lectura del cuento de buenas noches es una de las más importantes, porque el hecho de sentarte a diario junto a tu hijo y dedicar un ratito a mirar un libro con él le aporta muchos beneficios a nivel emocional y favorece su desarrollo cognitivo.
Nota que le quieres:
Desde el punto de vista emocional, comprobar que cuando se acerca su hora de dormir dejas lo que estás haciendo para dedicarle ese rato en exclusiva hace que se sienta querido, aumenta su confianza y estrecha el vínculo entre padres e hijos.
Además, los libros infantiles narran muchas historias con las que los niños pueden sentirse identificados fácilmente, con lo que les ayudan a entender las situaciones que viven y a comprender sus sentimientos. Si tu hijo descubre que al protagonista le ocurre lo mismo que le ha pasado a él ese día en el cole, que también se ha puesto triste al perder su muñeco, o que tampoco le gusta estar lejos de sus papás, se sentirá comprendido y verá que los problemas tienen solución, lo que le tranquilizará.
Favorece su atención.
A nivel congnitivo, se sabe que leer a los niños en voz alta desarrolla sus capacidades lingüísticas, ampliando su vocabulario y mejorando su modo de expresarse. Por otro lado, esta actividad favorece que de mayores lean más y que entiendan mejor lo que leen.
Y aun hay más: escuchar cuentos estimula la imaginación del niño, fomenta su capacidad de atención y concentración, aumenta su empatía y le enseña a buscar soluciones a los conflictos. Ahora que sabes lo importante que es el cuento de buenas noches para tu hijo, ¿vas a dejar de leérselo?
Bien contado:
Ten presentes estas tres pautas y aumentarás los beneficios:
Elige un cuento adecuado a su edad (cuando son chicos les encantan los de animales), con muchos dibujos y con poco texto y con personajes y situaciones con las que pueda sentirse identificado.
Dedícate a contárselo sin hacer nada más: olvida el móvil, la televisión y cualquier distracción. Es esencial que vea que para ti es un placer, no una obligación.
El cuento de buenas noches debe leerse con calma, con voz monótona y sin hacer grandes aspavientos: así relajará al niño.
Qué buena idea:
Aprovecha este momento en el que tu hijo está relajado y atento para leerle historias que le transmitan buenos valores y que le den una visión optimista de la vida. Se irá a la cama feliz y dormirá a pierna suelta.
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