Los niños desobedientes dificultan su educación en casa y en el colegio. Por lo general, este tipo de problemas tiene un origen emocional que es necesario solucionar . Sin embargo, de acuerdo con la psiquiatra española María Jesús Mardomingo, conseguir un cambio de actitud por parte de estos niños es posible si los papás les dedican atención. Estas son algunas pautas para lograrlo.
Identificar al niño desobediente
Identificar a un niño desobediente y saber cuándo esta actitud puede suponer un problema serio en un futuro es el primer paso para corregir a un pequeño que no obedece. ¿Cómo saber si nuestro hijo está presentando una actitud de desobediencia excesiva? Los especialistas apuntan que a partir de los dos o tres años se pueden identificar las primeras conductas, que además son mucho más frecuentes en los niños que en las niñas. El patrón es una continua desobediencia y agresividad ante las figuras de autoridad, un comportamiento que ocasiona importantes problemas en la convivencia familiar.
Motivar al niño desobediente
Mardomingo señala que las terapias más eficaces para corregir a un niño desobediente son las que están orientadas a estimular la motivación del niño y el refuerzo de sus aspectos positivos. Para modificar la conducta desobediente de los hijos, los especialistas recomiendan mostrar una actitud colaborativa: dejar que el niño se exprese y escuchar sus preocupaciones, pero también explicarle con calma los problemas que provoca con su actitud. Lo idóneo sería alcanzar entre ambas partes una solución. Es decir, pactar con el niño.
No perder el control ante el desafío del niño
No obstante, ante el desafío del pequeño, es primordial no perder el control. Hay que intentar mantener la calma al máximo, y una buena técnica para ello es colocarse a la altura del niño y establecer contacto visual directo. Desde esa posición hay que decirle, en tono firme, que no es aceptable su comportamiento.
Las rutinas ayudan al pequeño a obedecer
Mantener un horario y un ritmo de vida estable es esencial para corregir a un niño desobediente. Si el niño se acuesta tarde y come a cualquier hora, en definitiva, lleva una vida caótica y será incapaz de guiarse por normas o límites cuando existan.Por el contrario, un horario definido para cada actividad, con las horas de descanso necesarias, ayudarán a mantener un orden y un equilibrio que ayudarán a que el niño tenga una actitud colaborativa y asertiva.
Poner normas y límites frena la desobediencia
Las normas y los límites son fundamentales para establecer las barreras entre lo que se debe y no se debe hacer. Una condición importante es que sean claras y razonables. También deben corresponder a la edad de cada niño, ya que no podemos exigirle más de lo que pueda lograr. Por otro lado, es recomendable explicarle siempre el porqué de cada norma y de qué manera lo beneficiará acatarla.Por lo anterior, es muy importante que como papás aprendamos a dar órdenes. Por ejemplo, si a un niño pequeño le decimos: “Ve a tu cuarto, deja tus útiles, lávate las manos y siéntate a comer”, lo más probable es que no sea capaz de cumplir las cuatro órdenes. Como papás debemos saber adaptar nuestras peticiones a la edad y nivel de maduración del pequeño.
Reconocer los buenos comportamientos
El refuerzo positivo es fundamental para que el pequeño repita las actitudes deseables. Esto no significa que haya que regalarle algo cada vez que se porte bien. Sí es posible, sin embargo, recompensarle con palabras de agradecimiento y satisfacción, así como con un buen abrazo.
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