lunes, 12 de marzo de 2018

Complacer a tus hijos en todo, no te hace un buen padre

Cruento error de muchos padres, pensar que dando a sus hijos todo lo que quieren, más no necesitan, es la manera más eficaz y sin duda sencilla, de mantener a su hijo conforme con el rol del padre o la madre.

¿Y es que los padres en realidad necesitamos la aprobación de los hijos para ser buenos guías, orientadores y capaces de corregir sus inclinaciones más graves?…si pensamos que es así, nos esperan terribles días en nuestro rol de padres, y una generación criada para el capricho y para ser personas insaciables e inconformes.
Muchos padres justifican su flexibilidad con los hijos, en las carencias que tuvieron ellos en su infancia, y es que ¿Acaso cada generación es igual?¿Somos terribles o mejores según aquello que pudimos tener y disfrutar?… en realidad los hijos necesitan oportunidades, de crecer, de manejar sus emociones y aprender a lidiar con sus frustraciones, de entender de límites y conocer el aburrimiento y además saberlo manejar, de enfrentarse al no y no sucumbir ante él…de ser grandes, de ser independientes y capaces.

¿Cómo es que hoy día como familia debemos tener un plan cada fin de semana para que los pequeños de la casa no se aburran?...si bien la distracción y el disfrute es parte importante en la vida, también es necesario que ellos aprendan a estar en casa, a buscar en que ocupar positivamente sus tiempos de ocio, si constantemente tenemos una agenda para ellos, no le damos la oportunidad de crear por si solos y nosotros nos condenamos a la responsabilidad de que siempre tengan algo que hacer y por ende al reproche de los hijos cuando están “aburridos”.

¿Cómo es que los hijos son promotores y casi decisores de todo en la familia?..se le consulta que desean comer, a dónde les gustaría ir, si desean tal o cual ropa, si visitan o no a sus abuelos y un sin fin de cosas más que al parecer ya no competen a los padres, y no se trata de independencia de la hijos ni de democracia familiar, es más bien la necesidad imperiosa de los padres, de no tener que lidiar con las negativas y la formación del carácter de nuestros hijos.

El ritmo de hoy nos obliga a evitar muchas cosas, a buscar comodidad y esto lamentablemente, afecta directamente a nuestra familia. Nos olvidamos que somos sus padres no sus hadas madrinas o sus magos cumple deseos, necesitamos ser padres ante que todo y que nada, no es necesario ser violento o malvado para ello, simplemente fijar límites y posturas que tus hijos sabrán agradecer el día de mañana.
Dale herramientas a tus hijos para ser personas grandes y útiles, no personas caprichosas y vulnerables. El amor siempre es la mejor guía, pero la complacencia permanente no es parte de ello, por el contrario, causará un daño tan grande en tus hijos, que será irremediable e irreversible, pues jamás podrá superar un no en su vida.
Escrito por: Marvi Martínez

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