Tras una separación es común rehacer la vida sentimental con una nueva pareja. En ocasiones, esto supone un conflicto con los hijos, pues se niegan a aceptarla. ¿Es esto normal? ¿Forma parte del proceso de adaptación? ¿Qué debemos hacer?
En primer lugar aclarar que es una respuesta muy habitual de los niños a la nueva situación. Tengamos en cuenta que para los niños, el estado ‘ideal’ es que sus padres estén juntos. Esto quiere decir que incluso años después de la separación, siguen deseando, muchas veces en secreto, que sus padres vuelvan a estar juntos. Y estos sentimientos son naturales y no tienen por qué indicar que el niño no se haya adaptado a la nueva situación. Cuando aparece una nueva pareja, ese lejano deseo de que sus padres se reconcilien, se vuelve aun más improbable.
Así que el ‘nuevo’ novio o novia, llega para romper ese sueño. Los niños pueden verlo como un intruso que viene a romper con ese deseo secreto de que papá y mamá vuelvan a estar juntos.
Que nuestro hijo no acepte a nuestra pareja es muy normal y frecuente
Por supuesto, todos estos pensamientos son inconscientes. Ni el niño hace la vida imposible al recién llegado adrede, ni él mismo entiende qué le pasa.
En otras ocasiones la inquina hacia la nueva pareja puede obedecer a celos. El padre o la madre, sin pareja sentimental desde el divorcio, había estado muy disponible para el niño, dedicándole mucho tiempo y atenciones. Y, de repente, el niño tiene que compartir a papá o mamá con otra persona: se siente como un príncipe destronado.
Por otro lado, puede ser simplemente miedo al cambio, a lo nuevo, e incertidumbre sobre cómo va a cambiar su vida ahora que sus padres tienen nueva pareja. Para un niño los cambios pueden resultar abrumadores, ya que no tienen experiencia previa de cómo puede ser una nueva situación.
Como vemos, que nuestro hijo no acepte a nuestra pareja es muy normal y frecuente.
¿Qué podemos hacer?
En primer lugar, ser pacientes. Introducir a la nueva pareja progresivamente, y siempre después de un tiempo adecuado desde la separación. Primero podemos ir nombrándole como un amigo más especial, ir contándoles cosas sobre él o ella, y pasado un tiempo, preguntarle al niño si le gustaría conocer a esa amistad especial. Propiciad encuentros no demasiado largos y en lugares neutrales, como cafeterías, un parque, etc. No es recomendable meterlo en casa a la primera de cambio.
Tras unos cuantos encuentros de este tipo, puedes darles más información, decirles que esa persona te gusta mucho, que vas a empezar a salir como pareja, etc. Y poco a poco, ir compartiendo más espacios y tiempo con ellos.
Introducir a la nueva pareja progresivamente, y siempre después de un tiempo adecuado desde la separación
Si se ponen serios o maleducados, o les hablan mal, actua como lo harías si lo hiciesen con cualquier otra persona: poniéndoles límites y no tolerando faltas de respecto o desaires. Tampoco entres en demasiadas justificaciones si te piden explicaciones o pretenden influir en tus decisiones. La elección de tu pareja es un tema personal, y los niños no tienen que ‘darnos permiso’ para salir con alguien. Tendrán que aceptar que es una decisión y elección propia, y poco a poco se irán normalizando las cosas.
Los adolescentes son los que suelen presentar más problemas en este sentido. Puede que crean que tienen derecho a opinar sobre nuestra pareja, o darnos el visto bueno. Debemos ser tajantes en ese aspecto, es nuestra elección y deben respetarla. Al igual que haremos nosotros con su pareja cuando llegue el momento. Por otra parte debemos favorecer que pase tiempo con nuestra nueva pareja, que tenga la oportunidad de conocerle. Sin forzarle, de forma natural, pero permitir que se relacionen entre ellos.
Si se producen conflictos reales, peleas, no podemos ponernos a su altura. No solucionamos nada liándonos a gritos, entrando en reproches o descalificaciones. Corta esa dinámica, y habla en otro momento, cuando todo esté tranquilo, a solas con tú hijo. En estos casos es mejor que la nueva pareja quede al margen.
Así que la recomendación básica sería: ir poco a poco introduciendo a la nueva pareja, darles tiempo para adaptarse, y no ser permisivos con las faltas de respeto o malos modos. Seguro que si todos ponen de su parte, será más fácil adaptarse a los cambios que supone iniciar una nueva relación de pareja.
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