Los expertos sugieren introducir la información poco a poco, con explicaciones acordes con su edad. Esto permitirá que absorba la información gradualmente con los años, a medida que vaya siendo capaz de entender conceptos más complejos.
En cualquier caso es fundamental que se entere de su adopción a través de sus padres adoptivos. Esto ayuda a que el mensaje que reciba sobre la adopción sea positivo y confíe en ustedes. Si el niño se entera por otra persona, puede sentir ira y desconfianza y verá la adopción como algo vergonzoso que mantuvisteis en secreto. Asimismo puede pensar que le han mentido en otros asuntos, por ejemplo en el amor hacia él.
En cuanto al momento en que debe decirse, los expertos discrepan. Mientras unos defienden que debe familiarizarse al bebé con la palabra adopción desde la cuna, otros opinan que podría confundirles, al no entender el concepto, por lo que aconsejan hacerlo cuando sean mayores. La Academia American de Pediatría (AAP) recomienda informar a los hijos de que son adoptados en cuanto sean capaces de entenderlo, generalmente cuando tengan entre 2 y 4 años. Es posible que el concepto de adopción se les escape por completo, pero es importante introducir esta palabra en su vocabulario. Dígale a su hijo que le puede preguntar cualquier duda que tenga al respecto. El hecho de sacar pronto el tema les permitirá, tanto a su hijo como a usted, sentirse más seguros cuando hablen sobre qué significa ser adoptado.
Según muchos psicólogos, cuando el niño cumpla 5 ó 6 años ya debe saber que es adoptado. La labor de los padres consiste en responder a las preguntas más detalladas que el niño hará a medida que se haga mayor.
Los psicólogos recomiendan utilizar frecuentemente la palabra adopción de manera natural aunque no es necesario reiterar que tu hijo es adoptado. Es tu hijo y no hay necesidad de diferenciar entre los niños adoptados y los que nacieron en el seno familiar, excepto para ayudarle en la comprensión de la situación. La forma en que un niño llega a la familia no es tan importante como el hecho de que es parte de ella. Infórmale de los hechos básicos: “Naciste como todos los niños; una mamá te dio a luz, pero ella no podía hacerse cargo de ti y quería que vivieras con personas que te quisieran y te cuidaran. Y nosotros hemos tenido la suerte de ser la familia afortunada con la que viniste a vivir”.
Si tu hijo es muy pequeño, puedes contestar a sus cuestiones de forma muy simple. Si pregunta de dónde vino puedes decirle el nombre de la ciudad donde nació “de San Juan”, si es el caso. Intenta entender lo que busca con sus preguntas. A veces los padres se apresuran a dar excesiva información para la cual el niño no está preparado. Contesta a cualquier cuestión y, cuando no sepas la respuesta, admítelo.
Conforme vaya creciendo la idea principal que debes reforzar es que tú familia le deseaba muchísimo. Intenta describir cómo se sintieron la primera vez que supieron de él. Por ejemplo: ¿Qué hacían cuando les comunicaron la asignación? ¿Estaban tan emocionados que salieron corriendo en pijama? Hechos sencillos como éstos, con un matiz emocional y positivo, son los que necesita oír tú hijo.
¿Qué no debo decirle?
Evita decirle cosas como: “Tu madre biológica no te quería y te abandonó” o “Era drogadicta”. Aunque sean ciertas, es mejor hacer comentarios sobre las circunstancias en que vivían sus padres biológicos (eran adolescentes, no tenían dinero, etc.).
Procura no referirte a sus padres biológicos como padres verdaderos o padres naturales. Desde el momento que lo adoptaron ustedes se convirtieron en los padres verdaderos y naturales, legal y emocionalmente. Los términos padres biológicos, son precisos y no le restan importancia a su condición.
Fuente: Todo papás.
No hay comentarios:
Publicar un comentario