Como padre de familia siempre vas a querer lo mejor para tu hijo, pero no por ello debes complacerlo en todo y formarlo en un ambiente donde solo exista el compromiso de ti hacia él; con el afán de darle todo lo mejor y las cosas que tú no tuviste de pequeño (a) crees que le haces un bien. Sin embargo, no es así, por el contrario, al comprarle todos los juguetes y todo cuanto te pida, sobreprotegerlo y hacer las cosas por él, solo conseguirás formar un niño consentido, caprichoso, incapaz de tomar decisiones y asumir responsabilidades. De igual forma, cuando crezca no podrá enfrentarse a problemas, no sabrá cómo resolverlos y cuando no pueda obtener todas las cosas que quiera se sentirá muy frustrado ya que siempre fue acostumbrado a tenerlo todo sin tener algún sentido de responsabilidad.
Algunas de las actividades que debe realizar tu niño son el recoger sus juguetes, ordenar su cuarto; puedes pedirle que te ayude a sacudir el polvo de los muebles de la casa, poner la mesa a la hora de comer, o llevar los platos sucios a la cocina después de comer, tender la ropa cuando la lavaste, entre otras actividades que consideres que tu hijo sea capaz de hacer. Asimismo, algunas de sus obligaciones son el acordarse y hacer las tareas de escuela, poner atención en clase, respetar a su maestra (o), compañeros y demás personas que lo rodeen y cuidar de sus pertenencias.
El delegar ciertas obligaciones a tu niño desde temprana edad, le dará la oportunidad de adquirir hábitos, favorecer su autoestima, interiorizar que debe cumplir con ciertos deberes, de manera que cuando sea un adulto logre ser independiente y realice sus compromisos y obligaciones en todos los contextos y situaciones de su vida.
Fuente: Susana Rodríguez. Enterate.
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