Es normal que los niños, a partir de los 3 años de edad, comiencen a hacer todo tipo de preguntas, algunas de las cuales serán muy difíciles de responder. A veces, sus ¿por qué? nos dejan perplejos y sin habla y nos sentimos en un aprieto, como si nos hubieran puesto contra la pared. ¿Cuál es la mejor manera de contestar a las preguntas de los niños y satisfacer así su curiosidad.
Cuando el niño comienza a sociabilizar, empieza a querer saber sobre todo lo que le rodea, a preguntar el por qué de cada cosa, de cada decisión que tomamos, de cada producto que compramos o usamos, o de cada cosa que hacemos. De un momento a otro, nos sentimos como inundados por una catarata de ¿por qué?. Para saber cómo actuar, primero tenemos que entender qué es realmente lo que quiere el niño. A estas edades, ellos no demandan grandes explicaciones ni largos discursos. Quieren afianzar la comunicación con sus padres. Cuando ellos preguntan el “¿por qué?” de algo, lo que desean en realidad es que les demos atención.
La curiosidad por parte del niño por querer saberlo todo es natural a esta edad, es parte de su desarrollo que le permitirá organizar la información que recibe de su entorno y así poder comprenderla.
Por tal motivo, es necesario que resolvamos todas sus interrogantes por más embarazosas o difíciles que las creamos haciendo uso de las palabras adecuadas para la edad de cada niño y con la información real, porque sólo así estaremos favoreciendo el desarrollo de su aprendizaje.
Generalmente los niños no eligen ni el lugar ni el momento mas adecuado a la hora de preguntar, por lo cual si no tienes tiempo para dedicarle a tu pequeño en ese instante, será mejor que le digas que al ser una pregunta tan importante debes pensarlo un poco antes de responderle.
Otra decisión difícil es saber hasta donde puedes llegar con un tema. Lo mejor en estos casos, es contestar solo lo que fue preguntado sin adentrarse en muchos detalles. Deberás ajustar la respuesta siempre a la edad del niño.
Para consuelo de muchos padres, los “¿por qué?” van cambiando con la edad del niño. A los tres años, el niño busca socializar y reforzar su lenguaje con los mayores, mientras que a los seis años, ya buscarán explicaciones más profundas y racionales.
Con el tiempo, en lugar de sólo contestar a sus preguntas, es aconsejable que los ayudemos a reflexionar y emitir sus propias opiniones, buscando otras fuentes y recursos educativos como los libros, enciclopedias, Internet, etc.
Es importante que siempre respondamos con la verdad y si en alguna oportunidad no conocemos la respuesta a sus inquietudes se lo hagamos saber. Al final de cuentas nuestros niños aprenderán más de nuestras actitudes que de nuestras palabras.
Sugerencias para padres
Permite que el niño comunique sus inquietudes.
Ten paciencia ante las preguntas de los niños.
Atiende a lo que dice el niño para poder responderle explicándole la razón.
Realiza juegos de palabras: como adivinanzas, trabalenguas, canciones.
Contesta a las preguntas del niño con respuestas sencillas y claras.
Usa un lenguaje apropiado a la edad de los niños.
Aprovecha el diálogo para incrementar el vocabulario del niño y su pensamiento crítico.
Introduce algunas reglas gramaticales como los plurales y orden de la frase. No uses lenguaje de “bebé” porque los niños hablarán de la misma forma.
Fuente: Guía infantil
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