Los bebés desde que nacen ya tienen un temperamento muy marcado que será la base para su personalidad y será lo que les defina y diferencie de los demás. Hay estudios que muestran que existen varios tipos de temperamentos que suelen diferenciar a los bebés o que pueden estar muy marcados, estos son: el fácil, el difícil y el apático. Aunque también resulta normal que más que un bebé tenga uno de estos tres temperamentos tenga una mezcla de todos ellos según el momento o las circunstancias.
La importancia de conocer al bebé
Es importante que para que unos padres puedan entender a su bebé sean capaces de conocerle y saber cuál es su temperamento, porque de este modo serán capaces de anticipar sus comportamientos a las diferentes situaciones diarias y así prestarle la atención que necesita. Sólo de este modo se podrá desarrollar un vínculo afectivo sano con el bebé, independientemente del carácter que tengan los padres, puesto que los padres son los adultos que deben empatizar con el bebé y no a la inversa ya que el bebé no tiene aún esta capacidad de raciocinio. Pero, ¿cuáles son los temperamentos del bebé?
Temperamento fácil
Un bebé con un temperamento fácil es un bebé que se cuida fácilmente porque sus hábitos son estables y predecibles, por lo que las horas de dormir y de comer suelen ser siempre las mismas.
Además las reacciones de los bebés con temperamento fácil son previsibles y los padres pueden predecir con antelación cómo estará el bebé pudiéndole atender con eficacia incluso antes de que lo demande.
En cuanto a los cambios en el entorno es de fácil adaptación y además son bebés que sonríen y aceptan a todo el mundo.
Temperamento difícil o complicado
Los padres que tienen un bebé con un temperamento difícil deben tener mucha paciencia porque los bebés difíciles como el nombre indica pueden ser algo complicados en los primeros meses, pero con constancia y esfuerzo los padres pueden conseguir muchas cosas.
Los bebés difíciles no tienen horarios para nada, se irritan, parece que siempre les duela algo porque sólo lloran, les cuesta sonreír a personas que no conocen, se estresan y les cuesta adaptarse a los cambios por pequeños que sean en el entorno.
Temperamento apático
Los bebés apáticos parecerán fáciles porque suelen estar tranquilos pero no suelen sonreír ni les gusta interactuar con otros. Al no protestar nunca recibe menos estímulos por parte de los padres algo que hará que su desarrollo sea más pobre. Por lo que resulta muy importante que los padres le abastezcan de estímulos para que se pueda desarrollar dentro de la normalidad y potenciar así todas sus habilidades porque aunque no te lo muestre tiene mucha vida interna que hay que estimular.
Es importante remarcar que la mayoría de los bebés tienen rasgos de los tres temperamentos y que cada uno será diferente con su propia personalidad e idiosincrasia.
Fuente: todo papás contigo.
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