lunes, 12 de marzo de 2018

Cuál es la edad más difícil para los niños


Definitivamente para poder responder sobre la edad más difícil para los niños debemos, anteriormente, preguntarnos ¿desde qué lugar vamos a elaborar la respuesta?

Si queremos abordar la edad más difícil para los niños desde el punto de vista de los mismo pequeños, tal vez no podamos determinar una edad específica puesto que esto dependerá de las vivencias particulares de cada niño así como de las etapas por las que vaya atravesando para su crecimiento. Por tanto no sería correcto afirmar (desde la niñez misma) que una u otra etapa es más difícil para los niños. Sería algo así como decir que “dejar los pañales para los niños es más complejo que aprender el lenguaje o montar en bicicleta”.
Sin embargo, la pregunta es posible responder si nos ubicamos en el lugar de padres o docentes, ya que existen diferentes edades que resultan ser menos problemáticas que otras desde la mirada de los padres o adultos a cargo.

La edad más difícil para los niños

Si bien es cierto que cada etapa resulta de vital importancia para los niños dado que en cada una de ellas, los niños aprenderán diferentes destrezas o habilidades, también es cierto que existen edades en la que los niños son más demandantes de las madres.
Las etapas en las que un niño aprende a caminar y a hablar son consideradas como las “dos primeras etapas más difíciles para las madres” puesto que la atención en los niños es prácticamente completa.

En otras palabras, se podría decir que la etapa más difícil, es aquella donde el niño empieza su independencia.

Los primeros pasos y los primeros peligros para los niños

Cerca de los 2 años un niño ya tendrá la fortaleza en sus piernas y brazos para desplazarse por sus propios medios. Esto despierta curiosidades en torno al mundo y desea explorarlo lo más posible.
También es la etapa en la que reconocen las cosas tocándolas, por ende los padres debemos tomar las precauciones adecuadas puesto que todo lo que ellos vean, desearán tocarlo, aunque esto implique colocar los dedos en el tomacorriente eléctrico.

Sin embargo esto no significa que, para impedir el estrés, evites que tu hijo explore el mundo que le rodea y que es completamente nuevo para él. Por el contrario, sí debemos tomar las precauciones (cubrir objetos que se rompen o quitarlos de su vista o alcance, limitar su caminata a un determinado lugar donde no haya peligros, etc).

Deja que tu hijo explore. Es la única forma que incorpore y aprenda el mundo que tiene a su alrededor.

Las primeras palabras de los niños

Con la llegada de las primeras palabras y su comprensión siguen las primeras preguntas: “los porqués de los niños”.
Muchos padres no hablan con sus hijos puesto que consideran que “ellos son muy pequeños para comprender ciertas cosas”. Y esto, aunque cierto puede ser perjudicial para ellos.

No es adecuado hablar con los niños de todos los temas (dado que existe un sinfín de temáticas que deberán esperar a que ellos sean más grandes para abordar y comprender correctamente). Sin embargo, también es cierto que muchos temas que les inquietan y preocupan demandarán una respuesta (a veces pronta) por parte de los padres.

Escucharles, dar respuestas lo más reales posibles (dentro de los parámetros que ellos comprendan), compartir tiempo, explicar con ejemplos y paciencia, son cosas que demandarán nuestro tiempo pero resultan indispensables para que ellos incorporen el lenguaje.

Los desafíos no terminan aquí
Aunque seguramente ya lo sabrás, las etapas más difíciles no se limitan a estas dos aquí expuestas. Sin embargo bien se puede decir estas son las primeras pero no serán las últimas…

Tómalo con calma, el desafío de ser padres es una ardua tarea que se aprende día a día, trae consigo grandes satisfacciones y demanda grandes sacrificios de nuestra parte, aunque siempre tendremos el mejor incentivo: el amor de nuestros hijos.

María Eugenia Daney. Escuela de padres

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