El desarrollo de la fuerza de voluntad está asociado a la motivación y la disciplina. Esto permite a su vez la formación de un criterio para la toma de decisiones.
La importancia de enseñar a tener fuerza de voluntad
Tener fuerza de voluntad puede parecer una condición innata a simple vista, aunque realmente no es así. La fuerza de voluntad es la habilidad que permite al individuo controlar sus impulsos. A diferencia de lo que comúnmente se cree, es una actitud que se aprende en la infancia. Por ello, es necesario que los padres sean un buen ejemplo para sus hijos y estén allí para resolver dudas y mostrar distintas alternativas.
No siempre la toma de decisión coincide con el deseo. Es allí donde la fuerza de voluntad participa. Tener el criterio para escoger lo correcto y desechar lo inadecuado, puede ser uno de los aspectos más difíciles de gestionar en la educación de nuestros hijos; sin embargo, no se trata de una tarea imposible.
Cómo enseñarles a tener fuerza de voluntad
La fuerza de voluntad no se trata solamente de decir ”no” a lo indebido. Es también cumplir con las responsabilidades aunque no se tengan ganas o deseos. A continuación te damos algunos consejos que te ayudarán a enseñar a tus hijos a tener fuerza de voluntad:
Da el ejemplo. Si en algún momento deseas comprar algo pero debes darle prioridad a otras cuestiones, no caigas en la tentación de irte por las ramas. De esta forma evitarás darle una imagen equivocada a tu hijo.
De la misma forma, si estás siguiendo un determinado régimen alimenticio, evita dar el mal ejemplo.
Sé constante. Recuerda que debes ser un modelo a seguir para que los niños puedan percibir cómo deben hacerse las cosas y qué beneficios trae la constancia.
Procura establecer una buena disciplina. El éxito de la fuerza de voluntad se deriva de esto. Realizar la misma actividad todos los días, a la misma hora, crea en los niños el hábito necesario y a la vez, ayuda a desarrollar el sentido de la responsabilidad.
A niños menos estructurados o más dispersos, mantener la disciplina les resultará más difícil. Y con ella, la fuerza de voluntad.
Ir al ritmo de los niños es también importante. Recuerda que a algunos niños les es más sencillo seguir las instrucciones que a otros. Aprender a tener fuerza de voluntad no ocurre de la noche a la mañana.
Pídeles que lleven a cabo ciertas actividades de ejecución simple con regularidad. Por ejemplo, hacer la cama después de levantarse, ayudar a colocar la mesa antes de comer, etcétera. Estas actividades pueden variarse para que los niños no se aburran fácilmente.
Con el tiempo entenderán que hay que cumplir con la tarea pese a las circunstancias. Es en ese momento, cuando se pone en marcha la fuerza de voluntad.
La fuerza de voluntad en los adolescentes
Desarrollar la fuerza de voluntad en la etapa adolescente es muy importante. Esta habilidad les dará el carácter para rechazar ofertas inapropiadas, evitar ser víctimas de la presión social, así como también, a comprometerse con sus responsabilidades y crearse conflictos innecesarios.
Durante la adolescencia, los jóvenes atraviesan etapas de rebeldía. Pueden también experimentar inconsistencias con su personalidad e intereses. Esta situación de inestabilidad les hace más vulnerables a la frustración. Por lo general, un adolescente no es capaz de identificar lo que le gusta. Mucho menos puede manejar un criterio de lo bueno y lo malo.
La fuerza de voluntad es una práctica que deja gratificaciones a largo plazo. Los adolescentes están más acostumbrados al reconocimiento inmediato. Esto hace poco atractiva a la voluntad.
Refuerzos para tener fuerza de voluntad
En primer lugar, el ejemplo empieza por casa. El discurso de los padres debe ser consistente con las acciones. La fuerza de voluntad debe practicarse a todo nivel y escala.
La decisión de flexibilizar las acciones debe ser de mutuo acuerdo de los padres. Los adolescentes requieren estructura durante su proceso de crecimiento. El joven necesita saber que papá y mamá son un mismo equipo.
tener fuerza de voluntad es una herramienta para toda la vida de gran utilidad.
Constancia y perseverancia. Recordar día a día las labores, puede ser un trabajo cansado para los padres. Pero es necesario. Cabe descatacar que los adolescentes confunden fácilmente la voluntad con aquello que se “desea hacer”. Y no con lo que se “debe hacer”.
Mantener una buena comunicación es imprescindible en el caso de los adolescentes. Para generar confianza en un adolescente, es importante escucharlo. Los padres deben propiciar espacios donde los jóvenes pueden tener la libertad de expresarse y escuchar de una forma amable y crítica tanto lo bueno como lo que se debe mejorar.
La comunicación debe darse sin cuestionamientos o críticas. Pero dejando claro el rol de los participantes. Los padres son siempre los que establecen las normas de la casa. Su opinión es importante. Para desarrollar su propio criterio, el adolescente debe sentir que su opinión es tomada en cuenta.
Brindarle la oportunidad de proponer su idea y evaluarla, les da seguridad. Se debe evitar rechazar su propuesta de facto. Por el contrario, analizar su decisión lo ayudará a cuestionar su propio criterio.
Llevar la contraria, nunca es una buena opción. La prohibición genera rechazo. Se recomienda explicar las razones por las que la propuesta del adolescente no es correcta. El tener fuerza de voluntad beneficia a los seres humanos para toda la vida, de allí la importancia de inspirar a nuestros hijos desde temprana edad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario