miércoles, 7 de marzo de 2018

La palabra convence, el ejemplo arrastra

No sé cuál sea el origen de la frase que da título a este post, pero me parece que es un gran pensamiento. Me gusta que en una frase tan corta nos dé tanto para reflexionar.

De hecho, me recuerda a unos papás que llegaron al consultorio muy preocupados porque la maestra de su hija les comentó que no tenía muchos amigos. Entonces se me ocurrió preguntarles cómo era su vida social (la de ellos) y me contestaron que no les gustaba recibir visitas, y menos si iban incluidos niños; que sus escasas actividades sociales se reducían a frecuentar a la familia. Ahí estaba la respuesta sobre lo que estaba ocurriendo con su hija.
Y es que es cierto: los hijos son el reflejo de los padres, sobre todo durante la primera infancia. Después, conforme van creciendo, van también formando su propio criterio y modificando su manera de ver la vida y de responder a ella, pero de pequeños es completamente entendible que se dejen influir por los padres, pues son ellos con quienes establecen el vínculo más fuerte. Los padres son su ejemplo a seguir y su inspiración más profunda; en otras palabras, son quienes modelan en gran medida su conducta, a través de su propio comportamiento, sea consciente o inconscientemente.
En conclusión: no podemos pedirle a los niños que hagan cosas diferentes a lo que ven que nosotros hacemos como papás ni que dejen de hacer lo que sí les mostramos. Se trata, simplemente, de ser congruentes, pues bien lo dice el dicho: la palabra convence, el ejemplo arrastra.
Sobre la autora

Xóchitl González Muñoz es directora y fundadora de Psicología para Niños desde 2006.

Fuente: Psicología para niños.

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