Tener un hijo respondón es algo con lo que muchos padres tienen que lidiar, pero tarde o temprano terminará aprendiendo. Muchos niños, por el contrario, deciden ignorar a los padres, o adultos de su alrededor, cuando estos les dan una orden o les piden algo.
La comunicación es, como en cualquier relación, uno de los pilares fundamentales y debe existir en ambos sentidos. Aprender a escuchar es una tarea que los padres también tenemos que practicar.
Los verdaderos motivos por los que tu hijo no te escucha:
Oír y escuchar son acciones diferentes y tu hijo puede oír todo lo que dices, pero en la mayoría de los casos, no prestar atención y por lo tanto, no escucharte.
1. Menospreciar sus opiniones y sentimientos
Tu hijo tiene sentimientos tan fuertes como los tuyos, aunque en muchas ocasiones no seamos capaces de validarlos. Aprende, como padre, a escuchar lo que siente tu hijo y no lo menosprecies.
Las respuestas negativas invalidan sus opiniones, la próxima vez que tu hijo te diga “No quiero ir al colegio” en lugar de decirle, “Pues tienes que ir” prueba con preguntarle ¿Por qué no te gusta el colegio?
2. Chillar y usar palabrotas
Mantener la calma es esencial a la hora de criar y educar a un hijo. Un estudio realizado a más de 900 familias y publicado en el periódico “Child Development” (Desarrollo del niño), ha descubierto que la agresividad verbal tiene efectos negativos en los más pequeños.
Gritar, recriminar e incluso usar palabrotas para castigar y reñir a un niño le enseña que está bien comportarse así cuando se está enfadado.
3. No tienes conversaciones reales con tu hijo
Solo le hablas a tu hijo para que se vista, que coma rápido y que no se manche. Básicamente para darle órdenes, pero en pocas ocasiones te sientas a hablar con el. Ya sea a la hora del baño, en el coche de camino a casa o antes de acostarse, tienes que encontrar un momento en el que puedas hablar con tu hijo.
4. Ignorarlos
Los niños aprenden de lo que ven y en muchas ocasiones, somos los adultos los que los ignoramos mientras nos hablan. El trabajo y las tareas cotidianos nos distraen, pero ignorarlos y mandarlos a callar es una oportunidad perdida.
Si tu hijo te interrumpe mientras estás trabajando, lo mejor es decirle: “Estoy trabajando y me resulta muy difícil prestarte la atención que requieres, pero dime“. De esta forma el niño sentirá que está molestando pero a la vez que es escuchado. En un futuro aprenderá a no interrumpirte mientras trabajas.
5. Hablas demasiado
Es un niño, no pretendas que comprenda el origen de la vida en una sola conversación. Los niños tienen un límite a la hora de procesar la información. Frases largas, abordar varios temas de una vez y mezclar términos parecidos, pueden confundir a tu hijo por lo que este dejará de escuchar.
Antes de abordar un tema delicado con tu hijo, repasa mentalmente lo que le vas a decir. Se claro y conciso, asegúrate que lo entiende y hazlo partícipe de la conversación. Notarás una enorme diferencia.
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