La comunicación es un rasgo tan distintivo como elemental para las personas. La imposibilidad de ejercerla puede traer perjuicios muy grandes. Te dejamos algunos consejos para ayudar a un niño con problemas para comunicarse.
La mayoría de los niños hablan, gritan, piden y lloran. Pero algunos pequeños tienen dificultades a la hora de expresar sus sentimientos y esto puede ser realmente limitante. El niño con dificultades para comunicarse puede sufrir mucho si no se le asiste debidamente.
Tener problemas de lenguaje o habla acarrea también inconvenientes de aprendizaje, psicológicos y de socialización que pueden afectar a cualquier pequeño. Los problemas de salud más simples pueden volverse peligrosos porque nos cuesta entender la magnitud del dolor y otros síntomas.
Disfonía, dislalia, tartamudez y mutismo selectivo son algunos trastornos del habla. Otros retrasos simples del lenguaje y la afasia son más bien padecimientos en torno al lenguaje. Cada uno de estos cuadros tienen diferentes orígenes y por ello, diferentes formas de ser tratados.
Identificando el problema
Son muchos los problemas en el habla, voz y lenguaje que puede tener un niño. En ocasiones se puede tratar de un problema asociado a la salud física y en otros más bien de una cuestión psicológica. Hay trastornos focalizados y otros que son efectos secundarios de condiciones más graves como el autismo.
Los padres deben ser muy observadores y prestar atención a la conducta de sus hijos. Si los patrones se repiten, será hora de consultar a un experto especializado en la materia. Las observaciones de familiares y educadores serán bastante influyentes.
El aprendizaje de idiomas en la niñez resulta mucho más efectivo.
Los años dos y tres son fundamentales para identificar los fallos en el desarrollo del lenguaje. Una visita inicial al psicólogo siempre será ilustrativa en problemas como el mutismo selectivo y la tartamudez. Sin embargo, el logopeda es el especialista encargado de tratar al niño con dificultades para comunicarse.
En el caso de notar alguna deficiencia en el desarrollo de un niño lo correcto es buscar ayuda cualificada lo más pronto posible.
¿Qué hará el logopeda infantil?
La logopedia es la disciplina encargada del estudio de los problemas del lenguaje y el habla. En este sentido, un logopeda revisará, diagnosticará y propondrá un tratamiento para los niños con padecimientos o cuadros relacionados con la comunicación.
Este especialista trabaja lo cognoscitivo y también las posibles carencias físicas que generan los trastornos de comunicación. Su proceder siempre estará en consonancia con las características propias de los niños y su ambiente social.
El logopeda puede tratar incluso inconvenientes simples relacionados con la mala pronunciación de las palabras. Ellos también están en capacidad de intervenir en la lectoescritura, por lo cual son ideales para tratar casos de dislexia.
Cuatro años de edad: el momento clave
A los cuatro años, la construcción de palabras, diálogos y expresiones es bastante elaborada. Durante esta etapa, los padres podrán notar la repetición de fallos que evidencien un trastorno en el habla de sus hijos. Los propios profesores podrían dar la alerta a los progenitores.
Ya a los cinco años el lenguaje de un niño suele ser bastante complejo y definido. La acentuación, pronunciación, movimientos de la boca y la voz nos permitirán ver si algo no va bien.
Los niños con dificultades para comunicarse deben acudir al logopeda.
Por estas razones, a estas alturas lo correcto es actuar y no esperar a que el trastorno se resuelva por sí solo. Por el contrario, con el paso del tiempo será más difícil hacer las correcciones, debido a que el lenguaje se internaliza.
Al niño con dificultades para comunicarse no se le presiona
No tener un diagnóstico acertado puede llevarnos a posturas poco comprensivas que causen un daño al pequeño. De esto se deben cuidar mucho los padres primerizos, debido a su falta de experiencia previa. Un mal manejo de la situación puede desencadenar una afectación psicológica de alto impacto.
Es muy fácil confundir un problema de concentración en el aprendizaje con una incapacidad en la ejecución del habla. De esta forma, antes de emitir un juicio fuera de lugar lo mejor es observar y ser moderados. El objetivo de esta postura es evitar un trauma.
Lo que muchos ignoran es que el niño con dificultades para comunicarse muchas veces es una víctima reiterativa de bullying y maltrato. Los pacientes infantiles experimentan sentimientos como ansiedad, retraimiento, baja autoestima, baja sociabilidad y sentimientos de ira. Todo esto les acompañará hasta la adultez.
En conclusión, los niños con problemas para comunicarse deben ser diagnosticados, protegidos y tratados en pos de su desarrollo personal. Pocas condiciones son insuperables y todas pueden mostrar bastante mejoría con un buen tratamiento.
Fuente: Eres mamá.
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