Una de las formas más inmediatas para saber si tu hijo está bien anímicamente es preguntarle cómo se siente o cómo vivió la experiencia de choque. Pero también existen otras formas de expresar los sentimientos y una de ellas es el dibujo.
La línea, el coloreado y el trazo en el dibujo son las herramientas que ayudan a los niños (y también a los adultos) a contactar su cuerpo con sus procesos mentales. Enfocar a un menor en esta actividad se vuelve una forma de meditación activa para controlar el estrés.
El gran poder del dibujo se encuentra en que es una forma de creación pura, en donde los niños no tienen un juicio y simplemente plasman lo que son y piensan en ese momento. Es gracias a este momento de creatividad por lo que dibujar se vuelve una forma adictiva de desconectarse con el mundo.
Por esta misma razón que cualquier tipo de arte es considerado una terapia y una forma de sanación, dando como resultado el arte terapia. Este tipo de terapia utiliza el flujo creativo como una forma de reconstruirnos a nosotros mismos.
“Es cierto que los movimientos rítmicos, regulares y suaves con un impacto en el papel o colorear rellenando espacios delimitados pueden hacer que la persona se enfoque tanto en la tarea que está llevando a cabo que pueda desconectar de otros pensamientos intrusivos o ansiógenos con el entrenamiento y actividades creativas ante la situación”, explica la psicóloga Amaya Terrón para el portal Verne plus.
Fuente: Bbmundo
No hay comentarios:
Publicar un comentario