Imagínate por un momento que te vas de viaje con tus hermanos, los cuales ya son adultos. ¿Con que situación de las siguientes te identificas más?:
-El viaje lo has estado planeando tú durante semanas, con todo lo que conlleva: reserva de hotel, coche de alquiler, restaurantes… Tuviste en cuenta a tus hermanos en todo momento y buscaste tiempo y espacio para desconectar emocionalmente.
-Te has tirado toda el día organizando las cosas de forma precipitada, ajustando los últimos preparativos y dejando tu hogar preparado para los días que vas a encontrarte ausente.
-¡Te suena súper divertido realizar el viaje familiar que tienen programado! No tienes nada organizado, tan solo disfrutar de la experiencia, reírte y pasarlo bien con tus hermanos. Disfrutas de cómo tu hermano mayor organiza todo y no has tenido que mover ni un pelo.
¿La situación número 1 te es familiar? Seguramente seas el mayor de los hermanos.
Si la segunda encaja con tu persona o te sientes identificado, probablemente seas el hijo mediano.
Si te quedas con la última, seguramente eres el bebé de la familia.
¿Por qué importa el orden del nacimiento?
Muchos investigadores afirman que el orden en que se nace dentro de un núcleo familiar es tan importante como el género y la genética. Esto nos lleva a plantearnos la eterna duda entre “crianza vs la naturaleza de las personas”.
Dentro de una misma familia no existen dos hijos que tengan los mismos padres. ¿Por qué? Los padres son diferentes con cada uno de sus hijos, ya que nunca toman el mismo papel o rol. Por ejemplo, si eres el niño que cuida al resto de tus hermanos, entonces tu hermano tomará otro papel, quizás el del triunfador.
Tres tipos de personalidades entre hermanos
El hijo mayor está programado para la excelencia y los logros, el hijo del medio es criado para que sea comprensivo y conciliador, y el bebé busca atención. El resultado genera que el orden en que nacen los hermanos sea una variable poderosa a la hora del desarrollo de la personalidad.
Los 3 tipos de personalidades son las siguientes:
– El mayor: el triunfador. El hijo mayor suele tener más cosas en común con otros hijos también mayores que con sus propios hermanos y hermanas. Son personas que dada su condición de primer hijo han tenido más control sobre él sus padres, gozando de una gran atención al ser primerizos.
Suelen ser personas muy responsables, en las cuales puedes confiar y saben comportarse. Son cuidadosos con ellos mismos y sus relaciones personales, reflejando una versión de sus propios padres.
Si eres el hijo mayor, seguramente te guste buscar la aprobación de los demás y conseguir grandes logros simplemente porque estas predispuesto a ello.
Se identifican en estudios y profesiones de liderazgo. Al ser el hermano mayor, intentas dominar a tus hermanos.
Algo que caracteriza mucho a esta posición dentro de una familia es que cuando el bebé número dos llegue, el hermano mayor sentirá y experimentará un sentido de pérdida. Perder la posición de sentirnos únicos y la atención que antes era solo para nosotros puede doler. Pero todo lo aprendido anteriormente les permitirá cambiar rápido y con fuerza.
– El mediano: el pacifista. Los hermanos medianos suelen ser de carácter comprensivo, cooperativos y adaptativos, aunque de vez en cuando puedan reflejar características competitivas.
Les importa mucho la igualdad y trabajarán dentro de la familia por lo justo e igual para cada miembro. Suelen gozar de un círculo cercano de amigos que representan una parte adicional de su familia.
Como el hijo del medio, reciben la menor cantidad de atención de parte de su familia, y como resultado, estos compañeros de risas y experiencias que han elegido constituyen su compensación.
Suelen tardar un poco en madurar pero acaban llevando con éxito carreras poderosas que les permiten usar sus habilidades de negociación, consiguiendo toda la atención que necesitan.
El hermano mayor y el mediano nunca serán buenos para lo mismo. El rasgo de personalidad que define al hijo del medio suele ser el opuesto al del hermano mayor o menor. Lo bueno es que esas increíbles habilidades sociales que han aprendido gracias a ser el del medio, negociando en la estructura familiar, pueden prepararles para ser grandes emprendedores de éxito.
– El pequeño: alma de la fiesta. Si eres el pequeño de la familia, tus padres ya han conseguido la confianza suficiente dentro de sus roles como progenitores y cuidadores, lo que les hace ser más indulgentes y no prestar tanta atención a todos tus movimientos como hacían antaño con tus hermanos mayores.
Esta situación les lleva a aprender a recibir la atención de su alrededor por medio de su simpatía y encanto.
Tienen más libertad que sus hermanos, siendo más independientes. Presentan gran similitud con su hermano mayor, ya que ambos en los extremos son especiales. Encuentran su posición rápidamente y se sienten identificados con un lugar propio que les hace sentirse seguros.
Suelen escoger carreras como actores, comediantes, directores, escritores y carreras semejantes. Pueden ser también buenos doctores y profesores. La flexibilidad de sus padres les facilita una libertad exquisita para fomentar su creatividad personal.
Tienen menos responsabilidades y, debido a esto, buscan experiencias con mucha responsabilidad.
¿Y si no tienes hermanos?
– El hijo único. Los hijos únicos crecen rodeados de adultos, siendo más verbales y maduros. Esta condición les permite ganar en inteligencia y superar con facilidad cualquier otra diferencia en el orden de nacimiento.
Pasar tanto tiempo solos les lleva a ser más ingeniosos, creativos y creer en su independencia. También suelen tener mucho en común con sus padres, seguramente siguiéndoles en sus respectivas carreras profesionales.
Te invito a que en la próxima reunión familiar observes con un poquito de detalle a tus hermanos y te fijes si percibes o no las características de cada posición dentro del orden de nacimiento. Seguro te sacará una sonrisa. Y tú, ¿eres el mayor, el mediano o el pequeño?
Escrito por : Paula Díaz
Coach personal | coaching de vida. Escritora especializada en Inteligencia Emocion
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