A continuación te explicare muy brevemente como disciplinar con cariño según la etapa del desarrollo en la que se encuentre tu hijo.
De los 0-2 años
La forma de disciplinar es muy sencilla tan solo debemos recordar que esta etapa se caracteriza porque aún no se ha desarrollado el lenguaje, o no lo está por completo.
Si tu hijo quiere hacer algo inadecuado, basta con que lo retires de ese lugar o le quites lo que quiera aventar, o le detengas sus manitas si quiere pegar, y simplemente lo pongas a hacer otra cosa, señalando una sola vez que eso no se hace.
Ten en cuenta que lo que tiene efecto no es la prohibición sino la acción de retirarlo, por lo que si solo le dices "no" y no lo retiras es similar a que no hicieras nada.
De los 2 a los 6 años de edad
Los niños ya tienen un mayor control de su lenguaje y por lo tanto lo pueden utilizar para pensar, y se debe empezar a formar poco a poco el reglamento de la casa con reglas de conducta.
Ser firme y constante es una forma de dar amor, así que lo mejor es que empieces desde esta etapa a hacerlo para evitar problemas en el futuro, las reglas y consecuencias serán la forma en la que los niños adquieran disciplina, pero para educarlos con amor, recomiendo que les ayudes a practicar las reglas a través de juegos, pues el juego es la principal forma de construir afecto y aprender en esta etapa.
De los 6 a los 12 años
Utiliza preguntas para que ellos mismos identifiquen sus propios errores, claro está que en este periodo el reglamento familiar y sus consecuencias deben seguir activos, pero el énfasis se debe hacer en que el niño reflexione.
La forma de fortalecer la disciplina con amor es, ayudando a que el niño se construya una identidad positiva, por ejemplo si tiene problemas en la escuela, en lugar de decirle "eres un burro" o "ya no seas tan flojo" podemos decirle cosas como "tú puedes con esto y más" o "Eres capaz de hacerlo aunque te cueste trabajo" pues si crece creyéndose "flojo" no tendrá incentivo para esforzarse pues el esfuerzo iría en contra de su identidad.
En la adolescencia
La forma de disciplinar es permitiendo que los jóvenes poco a poco vayan recibiendo las consecuencias de sus actos, y el reglamento familiar se debe ir modificando para brindar más obligaciones, más consecuencias pero a la vez más libertades de acuerdo a la madurez que el chico vaya demostrando con sus acciones.
La forma de fortalecer la disciplina con afecto, es escuchando al adolescente, y teniendo confianza en él, tratando de ver el mundo desde su perspectiva, pues recordemos que la forma principal de dar amor a los hijos en esta edad, es a través de la aceptación, todo esto permitiendo que haga frente a las consecuencias que el genere con sus acciones, sin querer resolverle la vida, pues el adolescente debe aprender que mayores libertades conllevan a mayores responsabilidades y consecuencias.
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