Cuando tu hijo era un bebé de 6 meses tenían una relación especial y él te dedicaba sus mejores sonrisas. Por eso, es normal que te preguntes por qué ahora que ha crecido un poco está teniendo berrinches constantes contigo, pero sigue comportándose bien con su padre. “El cuidador principal es la persona con la que el pequeño se siente más a gusto y, por tanto, con quien puede expresar sus sentimientos libremente”, dice Karen Dudley, especialista en desarrollo infantil en University of California, Los Angeles. No cometas el error de pensar que a tu hijo le gusta más estar con papá que con mamá. Sus muestras de mala actitud pueden ser señal de que se siente relajado cuando está a tu lado.
Estos cambios en su comportamiento son también señal del rápido desarrollo de su cerebro. “La memoria del infante está mejorando, y recordará lo que quiere con más frecuencia”, explica Dudley. Asimismo, los niños más pequeños aprenden los límites al transgredirlos. “La mejor manera de conocer los ‘nos’ y normas es ponerlos a prueba", dice la psicoterapeuta Alyson Schafer, autora de Ain’t Misbehavin’: Tactics for Tantrums, Meltdowns, Bedtime Blues, and Other Perfectly Normal Kid Behaviors. Por tanto, si eres el adulto responsable que pasa más tiempo con el pequeño, es perfectamente normal que acabes percibiendo cierta resistencia por parte de tu hijo.
Haz que te respeten sin que haya lágrimas
Simplemente porque tu hijo sea demasiado pequeño para entender qué significa disciplina y esté experimentando con lo que puede y no puede hacer, no tienes porque convertirte en víctima de sus demandas. Cuando insiste en que quiere algo, incluso llegando a llorar, quizás sea tentador dárselo para evitar enfados. Pero recuerda: los niños necesitan límites, así que mantén cierta consistencia a la hora de establecerlos.
¿Cómo hacerlo bien? El castigo no siempre funciona. Un buen truco es intentar parar el mal comportamiento y los potenciales berrinches antes de que tengan lugar, cuando notes que la rebeldía de tu hijo emerge.
¿Otra manera de evitar conflictos? Ofrecer más de una opción, dándole oportunidad de elegir, de ‘estar al mando’. Además, considera que es la mejor manera de educar en valores, puesto que aprenderá a tener la responsabilidad y honestidad que requiere el tomar decisiones
Aceptar la (frecuente) frustración
Aunque le des muchos mini time outs y le ofrezcas un abanico amplio de opciones, los infantes no siempre están dispuestos a colaborar. Y algunas situaciones pueden realmente poner a prueba la paciencia de una madre, sobre todo cuando parece que el pequeño sí está dispuesto a seguir todas las directrices del padre. Pero intenta no perder el control en el calor del momento. “Ser muy crítico puede hacer que los niños lo sean aún más”, advierte Dudley. En lugar de levantar la voz cuando tu pequeño se niegue a cooperar, intenta mantener la calma y una actitud amigable, incluido el tono de voz; puedes hacerle saber que él es, en última instancia, responsable de decidir cómo comportarse. Este enfoque puede ayudarte a apreciar que necesitas su ayuda, así que estará más dispuesto a colaborar, explica Schafer.
Finalmente, aquellos días en los que tu hijo parezca especialmente difícil de tratar, piensa en darte un pequeño respiro. Aprovecha el hecho de que tu hijo parezca portarse mejor con su padre. Por ejemplo, si te cuesta que se bañe, date la noche libre (¡bien merecida!) después de cenar y deja que tu pareja se ocupe de ello. La verdad es que te mereces un premio por tus esfuerzos.
Fuente: Ser Padres.
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