Una de las grandes barreras en el mundo profesional para las mujeres, es la errada concepción social de ellas como únicas responsables de los hijos. Idealmente, una familia parte de la unión de dos personas comprometidas en un proyecto de vida común, en el cual cada uno debe aportar para la construcción del mismo, con compromiso, amor, honestidad, comunicación, etc. además de buscar diariamente como fortalecer la relación.
Aunque, como en cualquier equipo es normal que cada uno empiece a asumir ciertos roles, de acuerdo con sus gustos, conocimientos, experiencias, existen tareas y actividades necesarias para el hogar que son más difíciles de asumir que otras.
Es normal ver que las actividades que se relacionan al cuidado del hogar y de los niños, automáticamente las asume la mujer, y cuando el hombre participa en ellas se entiende como una “AYUDA”. Es común entonces ver frases en la sociedad como: “mi esposo ayer hizo el almuerzo, porque de vez en cuando le gusta ayudarme en la casa”, “yo le ayudo a mi esposa, jugando con los niños”, “estoy educando a mi hijo para que cuando crezca ayude en su hogar”, “mi esposo no me ayuda con los niños”, etc.
El problema radica en que las tareas del cuidado de la casa y de los niños son actividades que se deben asumir con igual responsabilidad de las dos partes, porque hacen parte del todo del hogar y de la familia, y del proyecto de vida que desde un principio se decidió asumir, en equipo. Igualmente, cuando llegan los niños, es importante que ellos aprendan a participar también en los temas de la casa, y a aportar, de esta manera no solo aprenderán disciplina, igualdad, responsabilidad y otros valores, sino también se disminuirá la carga que representan estos temas.
Otro hecho para tener en cuenta es entender que los niños, necesitan de ese trabajo en equipo de sus padres, pues requieren de los dos puntos de vista para aprender sobre la vida y encontrar en las diferencias de su madre y su padre, bases para su desarrollo y crecimiento.
Por lo tanto, padre y madre deben estar presentes e involucrados en lo que se refiere a los niños, dividir las tareas y compartir las responsabilidades por igual para lograr mejores dinámicas familiares, un crecimiento profesional y personal de todos los miembros y una base más sólida en la familias.
Fuente: Mon y pro
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