Como si se tratara de un gran desafío, los bebés viven una etapa en la que su mejor habilidad es lanzar todo al suelo.
¿Quieres saber por qué lo hacen?
Seguramente, tu chiquitín te ha sorprendido en varias ocasiones con esta habilidad de jugador de béisbol, lanzando todo lo que tienen al alcance directamente al suelo. Quizás, al principio, lo veías como un acto de rebeldía o una reacción para captar tu atención, hasta que te diste cuenta de que ya es algo cotidiano.
Con molestia, con cara de asombro o entre risas, les pedirás que lo dejen de hacer porque pueden dañar algo importante o lastimar a alguien con un lanzamiento certero. Pero, te tenemos una buena noticia: esta destreza no es más que uno de las primeras prácticas del bebé que les permite conocer al mundo.
Tu bebé está descubriendo el mundo cada vez que tira algo al suelo
Cuando tiras un objeto, tienes que medir la fuerza con la que harás esta acción, la distancia, tener un objetivo fijo, ponerte en una posición específica, cuidar de lo que te rodea, etc. Esta es la experiencia que está tratando de aprender tu retoñito cada vez que se impulsa para arrojar algo.
Si lo ha hecho mil veces, debes prepararte porque seguro lo hará mil veces más. Y siéntete feliz y agradecida con la vida, porque esta señal de evolución y crecimiento se suma a la lista de capacidades que reúne tu bebé para enfrentar otros retos de la vida. Oriéntale y enséñale a tener precaución, que identifique el peligro y reconozca los materiales delicados.
Tirarlo todo al suelo: una fuente aprendizaje.
Vimos cómo el cuerpo del amor de tu vida se está entrenando para ser más fuerte y ágil con el simple hecho de tirarlo todo al suelo. Así que es hora de guiarle en este trabajo que, para la corta edad, es una odisea llena de desafíos y logros de súper héroe.
En este sentido, antes de involucrarte en esta tarea, es fundamental que conozcas con detalles lo que aprende ese angelito travieso que te impresiona con su fuerza:
Descubre lo que sucede con el objeto
Si se rompe, si hace sonidos especiales o si se queda quieto en el mismo lugar. Sin duda, una duda que despierta mil interrogantes que se comprueban con la práctica, es decir, tirarlo las veces que sean necesarias, hasta comprobar que esa es la respuesta.
Medir las distancias
Aunque no lo creas, aquí utiliza dos de los grandes sentidos, la vista y la audición. En el caso del primero, analiza la trayectoria del elemento en cuestión: ve cómo varía en tamaño en la medida que se alejan, hasta hacerse diminutos; en relación con el segundo, si tarda en caer, quiere decir que se fue lejos y viceversa.
Pone a prueba sus destrezas.
¿Vale la pena seguir intentando con este objeto? ¿Debo continuar con la exploración? ¿Entendí lo que pasa si lo lanzo con fuerza? ¿Esto reaccionará diferente?
Conocen la relación entre la causa y el efecto.
Tras la decisión de arrojarlo, descubre lo que esto ocasiona. La ruptura del fino cristal y la reacción de miedo de mami y papi, un ruido fuerte que molesta a otros y el llamado de atención de mis padres, etc.
Interacción social:
Verá que si ese elemento despierta el interés de quienes le rodean y estos juegan con él, les servirá para crear instantes mágicos para compartir y se dará cuenta de que él tiene la oportunidad de crear conexiones. En un futuro, esto es trascendental en su desenvolvimiento personal y laboral.
¿Qué podemos hacer para mejorar esta experiencia?
A menos que lance algo delicado o que pueda causar un daño mayor, no le regañes. En vez de esto, concéntrate en enseñarle lo que puede lanzar y hacia dónde. Por supuesto, no le dejes que sea agresivo en sus lanzamientos e invítale a recoger las cosas junto a ti, para crearle un hábito y que sea organizado.
No le regañes sin necesidad, enséñale con tu ejemplo y verás los resultados
Enséñale con tu ejemplo lo que sí es permitido, como arrojar los calcetines sucios en el cesto o los papeles que no sirvan en la basura. Poco a poco, entenderá lo que está bien y le traerá un beneficio.
Fuente. Mi bebe y yo.
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