Un dibujo puede valer más que mil palabras, sobre todo si se trata de niños pequeños, a los cuales les resulta difícil expresar lo que sienten de forma verbal. Por eso, el dibujo infantil tiene un enorme valor para comprender el mundo emocional de los niños, conocer sus miedos, preocupaciones y deseos.
¿En qué aspectos fijarse?
Ante todo, es importante tener en cuenta la actitud del niño mientras dibuja. Por ejemplo, ¿está concentrado en el dibujo o está haciendo movimientos con los lápices sin prestar mucha atención? ¿Está disfrutando de la actividad o se ve enfadado o frustrado? Debemos tener en cuenta que la inclinación natural hacia el dibujo es un indicador de la capacidad de aprendizaje.
Otro aspecto a considerar es el espacio que ocupa en el papel al dibujar. Por lo general, cuando llenan todo el espacio significa que se sienten seguros, confiados y abiertos al mundo. Sin embargo, cuando el niño se limita a dibujar en una parte pequeña del papel, es una señal de introversión, timidez o miedo.
También se debe tener en cuenta el tipo de trazo. ¿Es seguro y estable o nervioso e interrumpido? Una vez que el niño domina los trazos, la velocidad y la presión al dibujar se convierten en indicadores de impulsividad, falta de control y ansiedad. (por ejemplo cuando en la hoja se repintan mucho los dibujos, o se realiza mucho sombreado en los mismos). Sin embargo, un trazo estable y seguro indica una buena disposición a aprender y confianza en sí mismo.
Por supuesto, los colores más usados en el dibujo también son un indicador importante del estado de ánimo del niño. Por ejemplo, la tendencia a usar colores como el rojo y el negro son señales de alarma porque son signos de impulsividad, agresividad o tristeza acusada. De la misma forma, puede ser preocupante el uso de uno o dos colores, cuando el niño tiene a su disposición más colores entre los cuales elegir. En este caso, se puede tratar de pereza, apatía y falta de motivación.
El dibujo infantil y su significado psicológico
Los problemas más comunes en el desarrollo infantil que se aprecian a través de un dibujo son:
Baja autoestima. Suelen aparecer tachaduras y borrones continuamente, los cuales indican que el niño no se siente seguro o que teme a la valoración que los demás hagan sobre su dibujo, lo cual le lleva a ir sobre sus pasos continuamente.
Discapacidad intelectual. Los dibujos suelen ser pobres, no contienen la cantidad de detalles o la precisión que se espera para su edad. Se suele apreciar una tendencia a repetir los mismos dibujos, sin introducir cambios significativos.
Déficit de atención e impulsividad. El dibujo es desorganizado y carece de detalles. Es común que el niño dibuje solo los elementos que le interesan con figuras que aparecen muy distorsionadas. En estos casos, es común que ocupen todo el espacio en el papel y en muchos casos no les basta.
Agresividad. Las figuras suelen tener dientes muy destacados, brazos demasiado largos y dedos con forma de garras. De hecho, los dibujos de personas con trazos demasiado rectos suelen denotar cólera y ofuscación.
Ansiedad y temor. En este caso, aparecen rasgos nerviosos, o el niño se puede dibujar dentro de un espacio cerrado en el que busca refugio. Las caras de las figuras suelen ser poco expresivas, con expresiones neutras.
Depresión. Cuando el niño está atravesando una situación conflictiva que le genera tristeza, suele elegir colores como el gris, negro y marrón. Además, suele dibujarse con una expresión neutra o triste y con los brazos pegados al cuerpo.
No obstante, al analizar el dibujo infantil, lo más importante es tener en cuenta que no se trata de una ciencia exacta, por lo que cualquier detalle solo puede conducir a hipótesis que luego se deben contrastar en la realidad.
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