Los desafíos, las dificultades y los problemas son inevitables. Enseñar a tus niños a desarrollar su capacidad mental puede hacerlos más resilientes. Además, también es la clave para ayudarlos a alcanzar su mayor potencial en la vida.
Sin embargo, es fácil quedar atrapados en los problemas cotidianos como la tarea o el fútbol. Tanto que olvidas tener una visión más amplia de lo que significa ser padres. Por lo que, tus hijos podrían no estar desarrollando la fortaleza mental que necesitan para convertirse en adultos responsables.
Por esto, te traemos tres consejos que pueden ayudar a que tus hijos se conviertan en la mejor versión de ellos mismos…
1. Enséñales a pensar de manera realista
La forma en que piensa tu hijo afecta la forma en que se siente y se comporta. Entonces, es esencial enseñarle cómo lidiar con esos pensamientos excesivamente negativos.
Los niños luchan con muchos de los pensamientos que tienen los adultos: pensamiento catastrófico, dudas personales y críticas severas. Y a veces, como padres nos apresuramos a decir cosas como “deja de preocuparte” o “todo saldrá bien” cuando los niños expresan estas inquietudes, restándoles importancia.
De hecho, la mayoría de los padres nunca les enseña a los niños cómo desarrollar un diálogo interno más saludable. Y, por supuesto, la solución no es simplemente “pensar en positivo”. Los niños que confían en que todo saldrá bien no están preparados para los desafíos de la vida real y ese lado negativo.
Aquellos pequeños que piensan de manera realista se sienten mejor consigo mismos y son más resilientes. Por ejemplo, un niño que piensa “nunca seré capaz de pasar la clase de matemáticas”, puede aprender a replantear su pensamiento negativo diciéndose a sí mismo: “Puedo mejorar mi calificación estudiando mucho, pidiendo ayuda y haciendo mis deberes”.
¿Cómo enseñarlo?
Anímalo a convertirse en un detective que evalúa la evidencia que respalda y refuta sus suposiciones. Cuando tu hijo diga algo negativo, pregúntale: “¿Qué te hace pensar que es verdad?” y “¿qué te hace pensar que esto podría no ser verdad?” Enséñale a desafiar sus pensamientos y demostrar que está equivocado.
2. Muéstrale cómo manejar sus emociones
Una encuesta nacional de estudiantes universitarios descubrió que más del 60% de los jóvenes no se sienten emocionalmente preparados para las realidades de la vida. Carecen de habilidades para lidiar con aquellas emociones incómodas como la soledad, la tristeza y la ansiedad.
Algunos padres ante estas situaciones les dicen a sus hijos: “no tengas miedo” o “no es gran cosa”. Pero esto les enseña a los pequeños que sus sentimientos están equivocados o que no pueden manejar sus emociones.
Por esto, es importante educar a tus hijos sobre sus emociones y sobre cómo estas influyen en ellos. Un niño que puede decir: “Estoy ansioso y esto me hace querer evitar cosas aterradoras” estará mejor equipado para enfrentar sus miedos. También tendrá una mejor comprensión de cómo sobrellevar sus emociones y tendrá más confianza en su capacidad para manejar las situaciones que le generan incomodidad.
¿Cómo enseñarlo?
Enséñale a tu hijo a reconocer sus sentimientos. Etiquetar sus emociones es el primer paso para comprender cómo estas influyen en sus decisiones. Préstale atención a las emociones de tu hijo y muéstrale que tiene varias opciones para lidiar con estas.
3. Aliéntalo a tomar medidas positivas
Pensar de manera realista y sentirse bien es solo la mitad de la batalla. Los niños también necesitan tomar medidas positivas.
Desafortunadamente, como padres muchas veces nos apresuramos a rescatar a nuestros niños de sus problemas. Y, en consecuencia, estos no aprenden a tomar decisiones saludables por sí mismos.
Tomar medidas positivas significa enfrentar sus miedos, perseverar cuando están cansados y actuar de acuerdo con sus valores, incluso cuando no es lo más popular entre sus compañeros. Los niños que confían en que pueden actuar en contra de sus sentimientos y que pueden tolerar sentirse incómodos tienen una ventaja competitiva en todo lo que hacen en la vida.
¿Cómo enseñarlo?
Muéstrale a tu hijo de forma proactiva habilidades para resolver problemas. Él o ella tiene el poder de hacer una diferencia en su vida y en las vidas de otras personas. Ayúdalo a que siga un camino que lo lleve día a día a convertirse en la mejor versión de sí mismo.
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