Somos mentirosos por naturaleza. Desde que somos niños comenzamos a mentir y aunque lo neguemos, el tiempo sólo nos hace más expertos. La situación es tal, que muchas veces mentimos sin darnos cuenta de que lo hacemos, incluso a veces nos convencemos de una mentira para ser más felices.
En ese ambiguo territorio se encuentran las mentiras blancas que le decimos a lo niños, sobre todo a nuestros hijos. Hay algunas cosas que no podemos dejar de decir, pues los amamos y sólo queremos que sus sentimientos y autoestima estén hasta arriba. “Sabe delicioso” cuando te dieron un platillo que ellos cocinaron y no tiene nada de sabor o “lo hiciste increíble” en algún deporte o actividad artística, aunque sea sólo para alentarlos a seguir mejorando, son mentiras que nadie dudaría en repetir.
Sin embargo, a veces olvidamos que los niños son muy textuales y aunque las digan, a veces no saben diferenciar una mentira de un comentario fugaz, como nosotros lo hacemos al crecer, y si les dices una de estas mentiras, puedes marcarlos para siempre.
Estas son 5 cosas que jamás deberías decirles:
Eres mejor que los demás
El amor nos hace decir cosas que nosotros podemos creer, pero que si se las contamos a nuestros hijos como una realidad, pueden moldear un carácter prepotente y embustero. Los niños deben aprender que hicieron un gran trabajo, pero no que son superiores a los demás, incluso porque después esas personas pueden hacer algo mejor y dejar su autoestima por los suelos.
Ya no te quiero
Una de las peores cosas que podríamos decirle a un niño, lo peor es que suele ser bastante común. Estamos acostumbrados a pelearnos con nuestras parejas, amigos o familiares y decirles cosas que sabemos que ni siquiera son mentiras porque nadie las cree, pero si un niño hace algo y le dicen que ya no lo quieren, eso lo puede afectar de por vida, pues por lo menos en ese pequeño momento realmente creerá que no lo quieren, y si se lo dicen sus padres, puede significar para él que nadie lo quiere.
Estás gordo/gorda
Estas cosas se deben tratar con delicadeza para evitar problemas en el futuro. Muchos problemas alimenticios de la adolescencia surgen de la vergüenza a la que los niños y niñas estuvieron expuestos durante su infancia. Usar otras palabras y empoderarlos para hacer ejercicio y comer de forma saludable es mejor. No es solo una frase negativa que no debes decirles: quizás tampoco sea bueno decirlo de esa forma aunque creas que es verdad.
Eres flojo/floja
El problema con los niños que suelen rezagarse en la escuela es complicado, pero atacar a un niño y decirle que es flojo es cortar todas las alternativas de que algo más podría estar sucediendo. Lo peor, decirle flojo indica que es su culpa y que no tiene cura, que es y será flojo por siempre.
Los niños no lloran
Los hombres están expuestos a una serie de condicionamientos que influyen en su personalidad cuando crecen. No se nace siendo machista, se educa a los machistas y no dejarlos llorar o decirles que es algo exclusivo de las niñas es sólo el inicio de una crianza llena de estereotipos y mentiras.
Las mentiras blancas pueden ser insignificantes para nosotros, pero debemos tener mucho cuidado en cómo y qué le decimos a los niños. Para bien o mal, sus mentes son como esponjas y absorben mucho más de lo que nosotros creemos, está en nuestro criterio educarlos de la mejor manera.
Fuente: La Bioguia.
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