Quizá alguna vez te hayas sentido mal cuando tu hijo toma la posición contraria a lo que acabas de decir, es probable que sientas que te está desafiando. Son muchos los niños que luchan contra la autoridad y que tienen problemas para seguir los límites o las reglas. Parece que quieran faltar al respeto a los demás llevando la contraria constantemente o queriendo imponer su voluntad.
Cuando un hijo te desafía puede ser difícil de identificar. Si tu hijo/a parece que está siguiendo las reglas al principio pero después hace otra cosa diferente, puedes sentir que es una forma de desafío. Cuando un adulto se siente frustrado ante las contestaciones o actuaciones de los niños, en ocasiones no se está seguro de cómo responder.
Por qué un niño desafía
A menudo, en el mundo adulto, consideramos que la razón por la cual los niños desafían es por salirse con la suya sin nada más, pero la personalidad puede tener un papel importante. Hay personas que odian las reglas o la autoridad, también puede ser que exista ansiedad, trastornos u otras condiciones que puedan contribuir a que un niño desafíe.
En algunos casos es posible que nunca se determine por qué un niño se comporta de una forma determinada. Los adultos pasan mucho tiempo tratando de identificar los factores desencadenantes ante la actitud desafiante de un niño. Pueden haber múltiples factores como un límite o norma con la que no estén de acuerdo, sentir celos, estar incómodo, tener algún problema emocional… todos estos son factores que pueden contribuir a que tengan un comportamiento desafiante.
Es necesario identificar los factores desencadenantes para educar y apoyar a tu hijo y que de este modo pueda cambiar su comportamiento. Como padre o madre es tu deber preparar a tus hijos para la vida en el mundo real. Si tienes un hijo que te desafía constantemente debes educarle para que pueda tener una actitud positiva ante la vida, sin que sienta que se va en su contra, sino que tiene el control de su vida sin necesidad de tener que negarse a cumplir las normas.
Cómo actuar cuando mi hijo me desafía
Si sientes que tu hijo te desafía, toma nota de estos consejos para actuar sin perder los nervios, recuerda que tu hijo quiere mostrar su identidad pero tú serás siempre su mejor ejemplo a seguir y a quién respetará dependiendo del tipo de reacción que tengas ante las situaciones difíciles.
No caigas en la trampa de las excusas
Cuando exista un problema con tu hijo, mantente enfocado en el tema y en el comportamiento de tu hijo, así como en las consecuencias que puedan haber. Por ejemplo, si tu hijo te dice que no piensa hacer su tarea porque se le ha olvidado apuntar los deberes, le puedes decir que su maestro le pondrá mala nota y que si no hace su tarea habrán consecuencias negativas porque es su responsabilidad -puede pedir la tarea a algún amigo-. Tu hijo será quien decida hacer las cosas bien o mal con las consecuencias positivas o negativas que acarreará una cosa u otra.
Ten cuidado con las trampas emocionales
Es fácil quedar atrapado en la emoción del desafío de tu hijo. Es una sensación molesta que te hace enfadar y esto te puede hacer actuar de forma errónea. Desvía la atención del tema que ocupa y no personalices lo que tu hijo dice o hace. Piensa que él te necesita para reconducir su conducta desafiante y que necesita de tu orientación para poder aprender a ser una persona exitosa en el futuro.
Enseña a tu hijo a pensar
Los niños deben aprender a pensar, pero en el camino desafían a la autoridad. No toman tiempo suficiente para pensar en su acciones a través de las consecuencias potenciar que pueden ocurrir con base a su comportamiento. Es necesario que le enseñes a pensar sobre sus decisiones y las consecuencias que puede haber. Una forma es creando una lista de pros y contras y después tomar una decisión acerca de la mejor decisión a tomar.
Nunca es demasiado pronto para empezar a enseñar a un niño a evaluar las situaciones. Así que si te vuelve a decir una frase del tipo: ‘No voy a estudiar para el examen’, en lugar de enfadarte es mejor que le hagas preguntas del tipo: ‘¿Qué podría pasar si eliges no estudiar?’. Si te dice que no pasará nada, trata de mantener la calma y hacerle otras preguntas importantes como por ejemplo: ‘Podrías tener una baja calificación o incluso no aprobar el examen? ¿Qué puede ocurrir si suspendes por no haberte esforzado?’. Las preguntas no tienen como objetivo la interrogación, sino enseñar a los hijos a pensar antes de reaccionar.
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