Alrededor del año los niños empiezan a decir sus primeras palabras. Papá y mamá podemos ayudarle, con nuestra forma de dirigirnos al niño, para que aprender a hablar le resulte más fácil.
Dejarle espacio para la iniciativa. Cuando el niño intente decirnos algo, no adelantarnos: '¿La mesa, la silla, el plato, la cuchara?', pregunta sin descanso el padre de Héctor cuando este señala hacia la mesa e intenta decir algo. Cuando Laura señala la manzana su mamá no debería apresurarse a dársela. Si le deja tiempo, Laura hará el esfuerzo y dirá 'nana' o 'mame'.
2. Respetar los silencios, porque si le hablamos sin parar, el niño no desarrollará los turnos de palabra, y además podemos crearle mucha ansiedad. Cuando alguien se acerca a él y le pregunta: '¿Qué te han traído los Reyes?', no debemos responder en su lugar. Si no responde, respetemos su silencio, y si dice cualquier cosa, ahí queda.
3. Ajustar el lenguaje cuando nos dirigimos al niño: eso no quiere decir, ni mucho menos, que le hablemos como si no se enterara. Pero sí podemos escoger frases y palabras más sencillas. Cuando hablemos con los demás, utilizaremos el lenguaje habitual, aunque él esté delante.
4. Hacer correcciones indirectas, es decir: si dice 'guau' por perro, confirmar: 'Sí, es un perro'. No debemos corregirle nunca directamente, ni intentar que repita las cosas como las decimos. Nosotros le ofrecemos ejemplos y ellos los copian, pero cada uno aprende sus primeras palabras a su propio ritmo.
5. Aplicar la 'expansión': cuando aún dice frases de una o dos palabras, añadir siempre al menos una más. 'Papá', dice Javi. 'Qué alto es papá', corrobora mamá. 'Guau core', afirma luego el pequeño. 'Sí, el perro corre rápido'. Podemos hacer más o menos hincapié en algunas palabras.
6. Valorar sus logros positivamente.
7. Crear preguntas de elección: '¿Quieres jugar al puzle o a los animales?', para ayudarle a nombrar las cosas. Está claro que para que adquiera la estructura de la pregunta hay que hacerle preguntas.
8. Cantar con ellos: les resulta más sencillo recordar las palabras ligadas a un ritmo musical, sobre todo porque se divierten. Y a esta edad solo aprenden lo que necesitan, les gusta o divierte. Si aún no han empezado a hablar, las canciones infantiles están cargadas de onomatopeyas ('en el coche de papá...') que repiten encantados.
9. Adecuar el entorno, dejarles espacio para jugar, cogerlo todo y dar rienda suelta a su iniciativa. El desarrollo de la psicomotricidad les ayudará a la adquisición del lenguaje.
10. Contarle cuentos. Imprescindible No ha sido casualidad que nuestro hijo haya llegado hasta su primera palabra, y después más y más... Si ha hablado es que nosotros hemos hablado antes con él. Cuando el niño intenta comunicarse y no hay respuesta, disminuye su deseo de comunicarse con el mundo; tendrá dificultades para aprender a hablar. Lo que le empuja a adquirir el lenguaje es el deseo de hablar con nosotros. Así, en apenas un año, ese pequeño será capaz de hablar, una habilidad que a nuestra especie le costó adquirir cientos de millones de años.
No hay comentarios:
Publicar un comentario