Los niños del grupo A y los niños del grupo B tienen las mismas edades y, sin embargo, sus dibujos son bien distintos. Para los expertos en psicología y neurociencia la capacidad para dibujar refleja las habilidades intelectuales del niño. Los dibujos bien organizados, proporcionados y con detalles suelen reflejar la propia capacidad del cerebro para observar, sintetizar, y organizar sus propios pensamientos. No siempre ocurre así; también hay niños brillantes que dibujan regular. En la calidad del dibujo también influye lo mucho que le guste al niño dibujar o lo mucho que haya practicado. Pero por lo general, un niño que dibuja con claridad tiende a pensar y actuar con más claridad.
Los dibujos que has podido leer en la cabecera de este post forman parte de un estudio realmente interesante. El estudio fue llevado a cabo por el pediatra Peter Winterstein y se centraba en valorar los efectos del tiempo de exposición a la televisión en la capacidad intelectual de los niños. Este pediatra alemán solicitó a casi 2000 niños de entre 5 y 6 años, todos ellos alumnos de escuelas públicas, que dibujaran una figura humana. Luego analizó esos dibujos en función del tiempo que los niños veían habitualmente la televisión. Durante los últimos 30 años una infinidad de estudios han encontrado un importante impacto de la exposición prolongada a la televisión en el desarrollo psicológico y salud general, aunque el post de hoy se ciñe al desarrollo intelectual.
Como se suele decir una imagen vale más de mil palabras, así que les dejo una imagen del estudio del Dr. Winterstein para que valoren por vosotros mismos cuál de las dos opciones prefieres para tus hijos. Los dibujos que aparecen en la parte superior han sido realizados por niños de entre 5 y 6 años que pasan menos de 1 hora al día viendo el televisor; las de la parte inferior han sido realizados por niños de la misma edad que, sin embargo, pasan más de 3 horas al día viendo el televisión.
Impresionante ¿no?
Para muchos padres la tele suele ser un aliado para pasar la tarde con sus hijos pequeños. No quiero decir que la tele sea un elemento peligroso o que no debamos encenderla nunca. ¿Quién no ha encendido un ratito la tele para tener un respiro o poder atender a un bebé sin tener al hermano mayor colgado del cuello? Es totalmente normal y no tiene ningún riesgo si se usa con moderación. Sin embargo, he decidido colgar este artículo porque sabemos que la mayoría de niños entre 0 y 6 años pasan más tiempo viendo la tele del que sería beneficioso para su desarrollo. Las razones más frecuentes para que los padres, una vez llegada la tarde, acaben abusando de la tele son las siguientes:
– Piensan que es un estímulo positivo, aunque ya ves que no es así.
– No saben o no han desarrollado habilidades que les permita jugar y estimular el desarrollo de sus hijos de una manera entretenida
– Les cuesta poner límites al niño que quiere ver la tele y que se enfada cuando la apagamos.
Yo te recomiendo que tengas estos dibujos en mente y esta misma tarde ofrezcas a tus hijos más tiempo libre y menos tiempo de tele. Para ello solo hace falta apagarla y saber decir “no”. En cuanto está apagada y pasa el enfado inicial, los niños se ponen a investigar, se entretienen solos y desarrollan su creatividad o también pueden hacer un sinfín de actividades juntos que le ayudarán desde que son bien pequeños a desarrollar sus facultades intelectuales y emocionales.
Fuente: el cerebro del niño.
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