Como padres, una de las cosas que más nos preocupa es cómo podemos “disciplinar” a nuestros niños, es decir, cómo podemos hacer para conseguir su colaboración.
Herramientas de la Disciplina Positiva
Como hemos comentado en artículos anteriores, los niños se desarrollan y responden positivamente cuando se sienten conectados, las neurociencias comprueban que los niños aprenden y se desarrollan mejor cuando se sienten mejor, tal como nos lo enseñan Alfred Adler y Rudolf Dreikurs con el sentido de pertenencia e importancia.
Por qué conectar antes que corregir
Este sentido de pertenencia e importancia es, en otras palabras, sentirse querido y aceptado en el entorno sea cual sea éste: familia, escuela, equipo de fútbol, clase de baile, etc.
Los niños son maravillosos observadores de lo que pasa a su alrededor, sin embargo, no son buenos interpretadores de esta realidad y a menudo toman decisiones para lograr el sentido de pertenencia basadas en una mala interpretación de la realidad. Cuando no obtenemos esa colaboración que buscamos de nuestro hijo, cuando “se porta mal” nos está diciendo muchas cosas, entre ellas, que busca sentirse querido. Por ello, debemos validar el sentimiento de los niños y buscar la conexión, de esta forma lograremos ser eficaces en las soluciones.
Un niño que se “comporta mal” es un niño desanimado. La disciplina positiva busca cambiar las creencias para modificar el comportamiento. Detrás de un comportamiento inadecuado de un niño hay un autentico deseo de pertenecer y tan solo confunde la manera de conseguirlo de una forma socialmente adecuada.
Rudolf Dreikurs, siguió desarrollando las teorías de la psicología individual y añadió la teoría del Iceberg de Comportamiento que nos indica que nosotros observamos sólo la punta del iceberg que es el comportamiento del niño, pero queremos cambiar este comportamiento de manera real tenemos que entender el por qué , es decir, cuál es la meta errónea de conducta y actuar sobre ella; tenemos por tanto que descifrar el código de conducta más que actuar sobre la conducta en sí misma.
La conexión crea una sensación de seguridad, confianza, apertura y cercanía entre padres e hijos. Sermonear, regañar, culpar, castigar, avergonzar crean conflicto, peleas, indiferencia y generan distancia.
Cómo podemos conectar
La conexión efectiva se da cuando ambos, niños y adultos desarrollan un sentido de pertenencia e importancia ¿Qué podemos hacer para favorecer una mejor conexión y comunicación con nuestros hijos? Te dejo estos tips con herramientas de Disciplina Positiva que te pueden ayudar:
Tiempo Es importante planificar tiempo juntos, desconectando del móvil. Tiempo de calidad en la que pueden hacer actividades en las que tanto padres como hijos disfruten.
Escucha Atento siempre a lo que te dice, para tu hijo es importante sentir que lo escuchas, que le miras mientras te habla, ponte a su altura. ¿cómo te sientes cuando intentas hablar con alguien y notas que no te está escuchando o cuando intentas hablar y te interrumpen?, ¿cómo crees que se sienta tu hijo cuando intente comunicarse contigo y estés mirando el teléfono o pensando en otra cosa?. Esta práctica permitirá que te ponga atención cuando necesites que te escuche. No juzgues mientras te habla para que no forzar la conversación. Esto hará que confíe en tí.
Haz preguntas curiosas que ayuden a tu hijo a entender sus sentimientos, a explorar las consecuencias de sus decisiones en lugar de imponerles consecuencias autoritarias y no relacionadas con lo sucedido. Las preguntas sinceras abren el corazón y el cerebro racional: “¿qué pasó entonces?”, “¿cómo te sentiste?”, “¿qué fue lo que más te gustó/molestó?” No des mandatos. Por ejemplo: ¿Qué necesitas para que no te de frío en la calle? En lugar de decir, ¨ponte la chaqueta” ¿Cómo podemos resolver el problema entre tu hermano y tú? en lugar de amenazar “cómo se vuelvan a pelear”…
Valida sus sentimientos Ayúdale a reconocer sus sentimientos. Si está triste, enfadado, preocupado puedes decirle: “parece que estás triste, ¿es así?”, “¿qué te hizo sentir así?”, “te comprendo, yo también me he he sentido triste cuando…” (y cuéntale una situación en la que tú te sentiste triste). Cuando nos sentimos comprendidos, conectamos!
Recuerda, es importante no juzgar o minimizar sus sentimientos. Si está triste porque la piedra que encontró en la calle se le perdió, no le digas que “no es importante” o que “eso es una tontería”. Para ellos, esa emoción que está sintiendo es real e importante.
Enfócate en buscar soluciones juntos: Culpar y avergonzar daña la relación, es una pérdida de tiempo que termina en luchas de poder. Enfocarse en cómo solucionar un problema invita a la cooperación, al respeto, a desarrollar pensamiento reflexivo. Los niños se sienten más dispuestos a actuar cuando participan en las soluciones.
Agradece Siempre hazles saber que aprecias sus acciones. Reconoce lo que ha hecho: “Aprecio que le hayas dejado a tu hermano jugar con tu coche favorito, se que es importante para ti. Le has hecho sentir especial” Gracias por compartir.
Tomarlos errores como grandes oportunidades de aprendizaje No hay nada malo en equivocarse ni debe ser motivo de vergüenza, papá y mamá también se equivocan, el error enseña lo que podemos mejorar en el futuro. Es más fácil hacerse responsables de los errores cuando los vemos como oportunidades de aprendizaje
Abraza: Los abrazos no pinchan, ni duelen. Siempre hay tiempo para un abrazo y hace mucho bien.
A medida que fortalezcas la conexión con tus hij@s, notarás que por sí misma ayudará a ambas partes a resolver, autorregularse y corregir su propia conducta.
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