Dado que el rol de la educación de los niños recae sobre los padres, es muy importante que los abuelos, aunque puedan darse alguna licencia, respeten las normas paternas
Si cerramos un momento los ojos, todos podemos recordar cómo fue la relación con nuestros abuelos. Al evocarlo, es posible que lleguen a ti olores y sensaciones…
El sabor de ese bocadillo con chocolate a media tarde cuando salías del colegio, el sonido de la voz de tu abuelo contándote historias increíbles…
Recuerdos llenos de amor que nos aportan el mejor de los legados: el de sentirse querido, seguro y atendido. Ahora bien… ¿Te has preguntado alguna vez cuál es la responsabilidad educativa de los abuelos para con sus nietos?
Hoy en día los padres y las madres suelen pasar mucho tiempo fuera de casa debido a sus responsabilidades laborales, quedando los abuelos a cargo de los más pequeños.
¿Tienen ellos quizá las mismas obligaciones a la hora de educar? ¿O existe algún límite? Hoy en nuestro espacio te invitamos a reflexionar sobre ello.
Los abuelos y la educación de sus nietos.
Empezaremos indicando algo esencial que, sin duda, compartirás con nosotros. En la vida de un niño, todo el mundo educa, directa o indirectamente.
Padres, madres, abuelos, maestros, tíos, vecinos e incluso la televisión y la propia sociedad. Todos nosotros ofrecemos algo en mayor o menor medida a los niños:
Palabras, afectos, información.
Pautas que pueden imitar o que les van a servir como orientación.
Los niños son receptivos a todo aquello que les envuelve, de ahí la importancia de que todo estímulo sea siempre enriquecedor para él.
La pregunta sobre si los abuelos tienen la responsabilidad de “educar” tal y como lo hacen los padres es una cuestión que suele ponerse en voz alta muchas veces, de ahí que sea importante tener en cuenta algunos aspectos:
A pesar de que toda la sociedad es importante en la vida de un niño, la responsabilidad de marcar pautas educativas, normas, reglas y ser el foco primordial de atención y cuidado, recae en los progenitores. En los padres y en las madres.
Los abuelos ya cumplieron su papel en el pasado como padres y, ahora, tienen el “rol de abuelos”. Ello supone que pueden ser un buen apoyo en el día a día para desarrollar tareas de cuidado y atención cuando los padres no pueden hacerlo.
Los abuelos son esa referencia emocional que el niño debe asumir para enriquecerse de esa generación más mayor. Deben contar con su afecto, con su cuidado, con su apoyo incondicional y aprender de ese legado de sentimientos, historias y afectos que deberán custodiar para siempre en su corazón y en su memoria.
A pesar de que la responsabilidad educativa recae en los padres, es importante que se llegue a un acuerdo con los abuelos sobre lo que se permite y lo que no, para que no existan incongruencias en la educación de los más pequeños.
Si los padres, por ejemplo, no les permiten salir a jugar por la noche a la calle, los abuelos no pueden saltarse esa regla. Son cosas básicas que vale la pena acordar previamente.
Los abuelos también necesitan de su tiempo y su espacio
Los abuelos adoran a sus nietos y sabemos que disfrutan de cada instante que pasan con ellos. Ahora bien, debemos tener en cuenta, a su vez, que también necesitan de sus instantes de descanso y de crecimiento personal.
Hemos de recordar que, a día de hoy, la esperanza de vida supera ya los 80 años, así que es habitual encontrarnos a gente mayor con una vida muy activa, que disfruta de sus amistades, sus aficiones, sus bailes y sus viajes.
Ellos ya han finalizado su época de crianza con nosotros, siguen siendo “padres”, pero sus responsabilidades ahora son distintas y su rol ha cambiado. Necesitan cuidarse por dentro y por fuera, y llevar una vida plena.
Los nietos son parte esencial de su vida, y contarán las horas para estar de nuevo con ellos, pero es importante que les permitamos también disfrutar de sus instantes personales.
Como madres, como padres, debemos ser conscientes de que el tiempo que nuestros hijos compartan con los abuelos va a ser limitado. La ley de vida, si es como debe ser, nos recuerda que los padres se irán antes que sus hijos.
Así pues, fomenta siempre que puedas la relación de tus niños con tus padres. Haz que sus instantes sean siempre plácidos, enriquecedores…
Ese será el mejor legado que puedan darle a tus hijos. Lo material carece de importancia siempre y cuando los más pequeños recuerden siempre lo siguiente:
Que fueron amados por sus abuelos, que cada palabra suya fue atendida, que los hicieron sentir como las personas más importantes del mundo.
Los abuelos les hicieron partícipes del legado familiar a través del recuerdo de historias, de anécdotas, de relatos que ellos guardarán para siempre en su memoria como el mejor de los regalos.
Los abuelos son la primera imagen que los más pequeños van a tener de la madurez, de las arrugas, de esas canas que alborotan una cara amable. Si su relación es cariñosa, mágica y entrañable, les puede servir de referencia el día de mañana, para llegar a ser “igual de felices que sus abuelos”.
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